Séptimo círculo: Los Violentos

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Primer recinto: los violentos contra el prójimo

Al amanecer llegan a un paraje montañoso con una gran barranca; en él, un habitante los espera, el Minotauro de Creta, combinación de hombre y toro, que por su aspecto bestial parece un guardián del séptimo círculo, al cual han llegado.

El Minotauro, al verlos, muestra su enojo, mordisqueándose a sí mismo, pero Virgilio ante esa reacción le grita:

"por mala suerte, ¿crees que éste es la persona que te ha dado muerte en el otro mundo? ".

La bestia había confundido a ___ con su asesino Teseo, que ayudado por su propia hermana le dio muerte sin piedad, cuando él se encontraba encerrado en el laberinto de Cnossos. El maestro pide a la bestia que permita el paso de buen modo, pues ___ no viene manipulandose por su hermana, sino a ver las penas de los que en el Infierno se encuentran.

Mientras el Minotauro se agita por su ira, Virgilio pide a ___ aprovechar la situación y huir al paso; así logran bajar de aquel barranco. También comenta el acto en que Cristo baja al Limbo, causando un gran cambio en el Infierno, no sólo por el movimiento físico de la tierra sino por haber quitado a Dite las almas de los justos que permanecían en el seno de Abraham.

Así, mientras se internan cada vez más, los poetas divisan un valle, cuyas tierras tocan un río de sangre que hierve por dentro, llamado el Flegetonte; en él sumergidos, sufren su pena los que en vida fueron violentos contra el prójimo. ___ logra ver un gran foso, rodeado de llanuras, y dentro de estas llanuras observa también a centauros, monstruos mitológicos, mitad hombres y mitad caballos armados con flechas. Estos se acercan violentamente a los poetas y preguntan desconfiados:

"¿Qué tortura les pertenece a ustedes que descienden por esta cuesta? ¡Hablen o les dispararemos una flecha! ".

El maestro pide hablar con Quirón, un Centauro caracterizado en este lugar por ser el menos agresivo de sus semejantes. En la espera, los poetas deciden acercarse a la manada de centauros, pero éstos reaccionan violentamente, de modo que, enviado por los demás, Quirón coge una flecha recoge los cabellos de la cara; al descubrir su rostro, observa con desconfianza a ___regresa de nuevo con sus compañeros y dice:

"¿Ven el movimiento de esta persona? Ese no es el caminar de una persona que ha muerto".

El guía se acerca a Quirón y habla:

"Está bien vivo y por los medios que sea le he de mostrar el valle, incluso en su contra; no ha robado, y yo no huyó, por eso me atrevo a pedirle consejo, que nos enseñe el trayecto y que nos baje hasta el paso, cargando a la persona que por su peso será necesario".

Quirón encarga a Neso (otro centauro) la responsabilidad, y confianza de los poetas avanzan y se encuentran en su camino el ardiente río, en el que se escuchan terribles lamentos de gente hundida hasta la frente, penado su condena por la emoción que en vida les causaba robar y ver sangre; entre ellos estaban Alejandro, tirano de Feres en Tesalia; también Dionisio, un viejo déspota de Siracusa, en Sicilia; otro reconocido fue Azzolino, romano; finalmente Obizzo II de Este.

Poco más lejos un alma particularmente les llama la atención; es Guy de Monfort, quien paga su condena por haber asesinado en una iglesia de Viterbo a Enrique, hermano de Eduardo I de Inglaterra. Andando, los poetas veían a algunos conocidos, como Atila que fue azote en la tierra, Pirro y los Raniero.

La Divina Comedia ✔︎Where stories live. Discover now