La Divina Comedia ✔︎

Cuarto recinto: los violentos contra la naturaleza o sodomitas

Han ya recorrido un buen trayecto, hasta perder de vista la selva de los suicidas. Ahí, un puerto nebuloso los espera, con almas que reflejan en su rostro mucha angustia y las que al ver de los poetas no pueden disimular su asombro; uno de ellos reconoce a ___ y grita:

“¡Qué maravilla! ”,

___ advierte a los ojos del sujeto saludando con confianza al reconocer a Brunetto Latini, político y literato, nacido en Florencia, al que ___ tenía mucha admiración y reparto:

“¿Usted aquí, señor Brunetto? ”

Éste comenta:

“¿Qué suerte o qué destino te trae aquí, sia aún sigues vivo y no cumples pena? ”.

Y añade que en ese mismo sitio se hallan las almas de Priscuano d’ Cesarea, maestro de gramática en Constantinopla; Francisco de Accorso, célebre jurisconsulto boloñés, profesor en Oxford y Bolonia y Andrés de Mozzi, todos acusados de sodomía, por lo cual sufren su castigo.

De la arena comienza a brotar un humo violento, por lo tanto, la plática entre Brunetto y ___ se tiene que suspender; así, el político se despide del liderato y recomienda leer su libro El tesoro, en el que cuenta un viaje al más allá.

Al llegar a un punto en el que el agua produce un horrible ruido, tres sombras que van pasando sobre la lluvia de inhumano tormento se dirigen al poeta:

“¡Oh, tú, para, que a juzgar por tu vestuario, vienes del mismo lugar del que somos! ”.

El poeta se detiene, enseguida los tres hombres se acercan y se presentan. El primero es Guido Guerra, florentino güelfo; fue importante en la batalla de Montaperti, la que ocasionó el destierro de otros güelfos, entre ellos el padre Dante. El que le sigue tras la arena ardiente es Tegghiaio Aldobrandi; el tercero, Jacobo Rusticucci, que al igual que los anteriores es florentino güelfo; sin embargo, no pertenecía a la misma clase noble como los anteriores. Su error fue dejarse llevar por su mujer a la sodomía. ___ escucha a los tres hombres que le inspiran pena al ver su estado abatido, pero pronto se despide de ellos, pues tiene que seguir su recorrido.