Séptimo Cielo o Cielo de Saturno

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Tras haber resuelto el misterio que le inquietaba, el/la poeta vuelve el rostro hacia la hermosa Beatriz.

“Ya estamos en la séptima morada”

Le indica, serena, su guía. Este cielo de Saturno es el último planeta que recorre ___ en su viaje, aquí moran los espíritus contemplativos, estos ayudan al gobierno divino de las almas a través de la oración, con el objetivo de reunir la gracia divina que necesitamos para llegar al fin de nuestro viaje.

El/la poeta de pronto se topa con una gran escala de oro, donde los bienaventurados centellean al mismo tiempo que se mueven, en la cima de ésta se encuentra la morada de Dios, cuya altura era tal que provocó un desmayo en ___. Más tarde aparece frente a él/ella el alma de san Pedro Damiano, cardenal y doctor eclesiástico. ___ observa que el alma pretende hablar con él/ella, y dirige la mirada a Beatriz para ver se reacción y tras unos instantes ella autoriza a ___ a preguntar.

“¿Por qué no suena a esta altura del Paraíso la dulce sinfonía que en otras sonaba tan piadosa? ”

San Pedro responde:

“Mortal, tu oído es como tu vista, aquí por ende no se canta, por la misma razón por la que Beatriz no ríe; bajé los escalones de la escala santa por obediencia al que gobierna”.

___ no logra comprender por qué esa alma entre tantas ha sido destinada de antemano por Dios para recibirlo en el cielo de Saturno. ___ voltea a ver su guía preso del estupor, y ésta, como una madre que socorre al hijo desconsolado al verle pálido de anhelo, le dice:

“¿No ves que te hallas en el cielo?, ¿y no sabes que el cielo es todo santo y al que pasa por él le inspira intelecto? ”

Beatriz le sugiere que vea hacia otro extremo, en el que se encuentran nobles almas; ella señala con su vista y el poeta le sigue hasta topar con cien esferas que brillan hermosamente. En este momento la luz que más sobresale por si resplandor se posa frente a él/ella y escucha su voz:

“Frecuentaba ese monte en cuya cuesta se halla Cassino, gente pagana y nada bien dispuesta, yo fui el primero que ganó su aprecio, llevándoles conocimiento del que trajo la gran verdad que tanto nos enaltece, y acerqué hacia la fe a los nativos con creencias limpias; los otros que aquí ves, contemplativos fueron también y ardieron en el fuego que las flores trasforman en frutos vivos”.

___ escucha con atención lo que expresa el alma, de manera que se arma de valor y dice:

“Padre, quiero contemplar tu rostro sin la luz que te envuelve”

Y éste responde ante tal petición que su deseo se cumplirá cuando visite la última esfera, el Empíreo, donde todas las almas tienen su asiento real, pues la colocación de los bienaventurados en moradas distintas tiene un valor simbólico de adaptación al lenguaje del hombre.

La Divina Comedia ✔︎Where stories live. Discover now