Octavo círculo: cuarta bolsa

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Un nuevo suplicio es presenciado por ___ y Virgilio. Los poetas se encuentran dispuestos a seguir el recorrido y a contemplar el nuevo fondo en que se baña en llanto gente silenciosa. Los pecadores en este caso eran adivinos que miraron el destino y vociferaron profecías sin detenerse en el presente y adelantar el tiempo; por ello llevan la cabeza torcida hacia atrás de forma que no puedan mirar a su paso y caminan con lentitud. Virgilio se dirige a ___ y le pide que fije su mirada sobre un alma que ahí pena, la de Anfiara, héroe griego, uno de los jefes de la expedición de Los siete contra Tebas, que murió tragado por la tierra en el sitio de esta ciudad, acción en la que previendo su propia muerte, y producto de sus artes adivinatorias, había intentado no tomar parte; sin embargo se vio obligado a hacerlo por la traición de su mujer Erifle, a la que después mató en venganza el hijo de ambos, Alcmeón.

Enseguida, mientras el poeta recorre el lugar, ve a Tiresias, adivino tebano, que se convirtió en mujer y siete años después recuperó su imagen masculina. Más adelante se halla Aronta, torturado de la misma forma que los anteriores. Por predecir el triunfo de César sobre Pompeyo en las guerras civiles lo han colocado en este sitio. Al ver otras almas en silencio lacrimoso, los poetas se topan con una mujer de una enorme cabellera, que como velo se le envuelve en el cuerpo, se trataba de Manto, hija de Tiresias, que padecía de la misma Facultad de adivinar el futuro. Al reconocerla, el guía le pide al poeta prestar atención a la mujer, pues ésta al huir de la tiranía de Creonte, anduvo errante hasta llegar a Italia, al lugar en que fundó la ciudad que lleva su nombre, Mantua, cuna del mismo Virgilio. Entre los otros torturados también se encuentran reconocidos adivinos y astronómos, como Euripilo, Miguel Escoto y Guido Bonatti.

La Divina Comedia ✔︎Where stories live. Discover now