Octavo círculo: décima bolsa

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Así llegan al último valle de las Malas Bolsas, en la que están recluidos los falsificadores que mienten a la sociedad. Éstos están divididos en cuatro tipos, los falsificantes de metales, como los alquimistas; los falsificadores de personas, como impostores; los de monedas, y los de palabras Como los perjuros y embusteros. En el primer caso, el tormento que sufren los habitantes es una lepra inmunda que despedaza y pudre la carne de las personas, por ello el lugar está inundado de pestilencia y pesadumbre.

Entre los alquimistas se encuentran Griffolino, un famosos engañador de crédulos e incrédulos; su astucia lo llevó a la hoguera, pues mintió al decir que enseñaría a volar al hijo de Arezzo; sin embargo, al llegar al Infierno, el juez Minos lo ha condenado por otra razón y es usar la alquima con fines fraudulentos, con el fin de obtener un bien propio a costa de los demás.

Los impostores por otra parte son castigados con la falta de cordura; éstos, furiosos, se persiguen unos a otros para morderse con rabia. Entre ellos se encuentra Mirra hija de Ciniris, rey de Chipre, que al enamorarse de su padre se hizo pasar por otra para estar cerca de él. Por esta razón fue convertida en Egipto en una planta que ahora lleva su nombre.

Siguen los poetas la ruta y ahora se encu0con los falsificadores de moneda; allí el castigo es ser atacados por la hidropesía, que les provoca en vientre prominente. Tienen los labios abiertos por la sed interminable; y conforme pasa el tiempo, sus cuerpos adelgazar cada vez más, hasta quedar en los huesos. Enseguida los viekrros hallan el lugar en el que moran los embuesteros. La primera rea en su encuentro es la mujer del ministro faraónico Putifar, que acusó en falso a José de haber pretendido seducirla. La fiebre que padecen los habitantes de este Infierno no es más que el tormento designado por la falta que habían cometido.

La Divina Comedia ✔︎Where stories live. Discover now