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Tomó su bolso para meter sus apuntes, aunque ya los había repasado una y otra vez con el pelinegro en la noche anterior no se sentía preparado, más bien se encontraba temeroso que volviera a fallar el examen.

Se culpó por ser un idiota en una sola asignatura, pero gracias a ello pudo acercarse a esa persona, conoció al real Hoseok que nadie tristemente había tenido la dicha de querer conocerlo, estaba feliz que pudo hacerlo descubriendo que no era diferente a él. La forma bromista y liberal con la que se mostraba el pelinegro le permitió crear un lazo de amistad que se intensificó en cada noche que pasaron juntos, no solo estudiando, también compartiendo sus emociones, debilidades, tristezas y felicidad. Había sucedió con simpleza, por eso se sentía tan unido Hoseok, una amistad que creó una fuerte conexión.

Estaba satisfecho en todos los sentidos, por eso estaba caminando con la cabeza en alto rumbo a la sala de exámenes. Divisó al profesor que le aplicaría el examen y entró con una sonrisa, en poco el joven maestro le cedió la hoja, el lápiz en su mano quería romperse, pero respiró hondo para soltar su nerviosismo que se le había formado de repente, sostuvo de nuevo el lápiz para pasarlas en las respuestas, allí se sorprendió de lo fácil que era.

Pasado una hora terminó sin dificultades, caminó con una gran sonrisa hacia el escritorio del profesor para entregar ese papel.

—Bien Kim, espero que no repruebes esta vez...

—Claro que no, tuve un buen tutor.

Metió sus cosas para salir del lugar y terminar ese gran pendiente que cargó en varios meses, caminó a la puerta cerrándola detrás de él, fue cuando sus ojos empezaron a quedarse brillosos, alzó la mirada encontrándose a un pelinegro recostado en la pared mostrando una sonrisa de lado, estaba esperando por él, sus emociones le ganaron haciéndole correr con fuerza para impactarse en el pecho contrario para empezar a llorar. No sabía exactamente la razón por la que estaba como un niño abrazando al pelinegro, si era porque fue difícil poder aprender esa asignatura, porque no existiera la amenaza de no pasar en el siguiente grado o porque Hoseok estuviera allí haciéndole recordar sus momentos juntos que estaban finalizando.

Sus manos se aferraron a ese cálido cuerpo anhelando verlo desde la mañana, pasó sus manos por sus castaños cabellos para trasmitirle calma, ese chico lo estaba poniendo sentimental, no se sorprendió porque era común que Taehyung removiera sus más ocultos sentimientos y emociones —Si dejas de llorar te contaré el secreto del bar... —acarició su espalda con calma.

El castaño se alejó un poco del pecho para quitarse las prematuras lágrimas rápidamente y curioso por lo que el otro decía —¿Qué secreto? —el otro sonrió por lo que el menor hizo de repente moviendo la cabeza.

Empezó a dudar lo que estaba a punto de decirle, el beso que se dieron aún estaba fresco en su memoria y quería saber si de verdad lo había olvidado, no solo eso, su mirada no se quitaba de esos labios rellenos queriendo confesarse y unirlos con los suyos, no pasó mucho para que aterrizara al tocar ese cuerpo en sus manos con cariño olvidando lo que estaba en su mente, sus labios no iban a decir nada. Carraspeó su voz para cambiar lo que iba a decir —Recuerdas el bar —el menor le asintió aún con sus lágrimas dando lugar a esa sonrisa —Como te dije, es un bar totalmente gay, quiero decir no aceptan donceles...

—¿Doncel? Eso es cruel... —dijo un poco perplejo a ese tipo de discriminación.

Sonrió a su bella forma de ser al creerse esa mentira —¿Lo eres? —preguntó imaginando que podría llegar a ser un lindo papá y que el afortunado sería la persona de la que se enamoró.

Agarró su mentón tratando de recordar —No, nadie en mi familia lo es —observó al mayor un poco perdido alzando una ceja —¿Hoseok?

Tenía sentido no poseer esa condición genética, él no la tenía también —Olvidemos lo que dije —agarró sus manos para que lo mirase a los ojos un poco aliviado de escucharlo —Mejor vamos a festejar Taehyung.

Enseñando al Nerd (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora