Enseñando al Nerd (HopeV)

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—Minho me llamó para decirme que estabas en camino con su chófer —se sentó bebiendo su café sin mirarlos a los ojos —Hace como dos horas ¿Dónde estabas?

—Estuve con un amigo... —no quería ser regañado en ese momento, solo quería un abrazo por lo que pasó.

Su madre alzó la mirada, esa que no le dedicaba la mayoría del tiempo —Taehyung no estés haciendo lo mismo que hice con tu padre. Minho es un gran novio, que estoy segura te dará todo. No lo engañes por alguien que deseas, porque destruirás algo hermoso. Ten cuidado con ese joven que es tu tutor. —sin más se paró para retirarse a su habitación.

¿Acaso su madre se estaba refiriendo al divorcio? ¿A su padre?

No quiso preguntarle, ni reprocharle algo que ya había sucedido. Allí estaba la principal razón por la que su hermosa familia se destruyó, su madre había engañado a su padre por alguien a quién deseó, supuso que le estaba dando un consejo al verlo tan unido en todos esos meses con el que era su tutor.

¿Tenía algo hermoso con Minho? Sí, lo era superficialmente, pero por dentro era una agonía que estaba creciendo, listo para destruirlos en cualquier momento.

Estaba hecho, le había dicho a Minho que no lo podía amar.

Se puso a pensar en lo dicho por su madre, había algo diferente y eso era el deseo, al contrario, él no estaba deseando a alguien en este momento, solo quería saber por qué se sentía feliz estar a su lado.

*

¿Cómo habían pasado varias semanas sin pedirlo?

La universidad estaba yendo de maravilla; el último ciclo empezó con facilidad y era seguro que pasaría con las mejores calificaciones como siempre lo había hecho. Todo volvió a la normalidad o es lo que trató de ver, porque las cosas habían cambiado; Hoseok ya no estaba por allí vistiendo una ropa extravagante, ni tampoco él estaba saliendo con sus amigos que lo frecuentaban, excepto por su alegre amigo pelinegro. Que cabe destacar que su situación había cambiado demasiado en esas semanas, se le veía más tranquilo, descansado y vivas. Según le contó, Yoongi lo había llevado con varios profesionales que primero se rehusó a visitar, pero que después cedió, mismos que le estaban ayudando a tratar sus sentimientos de culpa de la muerte de su madre, maltrato psicológico de su padre, baja autoestima y su ansiedad por la comida; no solo eso, ese rubio millonario estaba muy pendiente de su amigo, recogiéndolo en su lujoso auto todos los días, preparándole desayunos o quedándose a comer con ellos en los descansos, se veía que ese hombre estaba muy enamorado de Jimin y su amigo no se quedaba atrás. Rápidamente su reputación empezó a ser limpiada en la universidad al darse cuenta que ellos salían y dejaron de molestar a su no dañino amigo. Lo agradecía, Jimin se lo merecía, merecía tener el apoyo y amor de una persona que lo quiera tal y como era, una cosa que le resultó agradable porque en ocasiones los veía escondidos comiendo.

En cambio, él, estaba bien, podría decirse que sí, excepto que empezó a odiar que los días pasaran tan rápido; los recuerdos se estaban convirtiendo en eso, su esencia y acciones estaban volviéndose lejanas y desapareciendo de su cuerpo. Lo extrañaba y mucho, en varias ocasiones estuvo a punto de entrar a su casa sin permiso, pero las luces que yacían apagadas le hicieron ver que él no estaba allí, como un loco acosador terminaba por volver resignado, y esperanzado que su bandeja de entrada estuviera un Buenas noches niño bonito de parte del pelinegro, era lo único que lo mantenía atado a él, unos breves y valiosos mensajes.

En sí, claro que estaba bien, solo estaba desesperado. Desesperado por ver su rostro sonriente y esos hoyuelos, sentir sus brazos envolver fuertemente su cuerpo al punto de respirar el aroma de la tela de su ropa; así como esos dedos acariciar sus cabellos y espalda cariñosamente; sonreír a su lado debido a sus pláticas o insinuaciones bromistas; escuchar de sus labios salir "Genio" o "Niño bonito", esos apodos cariñosos que le llegaron a encantar sintiéndose especial. No solo eso, estaba desarrollando un algo hacia él, no sabía si se trataba de cariño, amistad o algo más, estaba muy confundido por primera vez, porque estaba deseando pasar una línea que siempre tuvo con cualquier hombre y ese era un deseo, deseaba que lo acariciara en otros lados que no fueran sus cabellos, recostar su cuerpo a su pecho y dormir con él, y lo peor de todo deseaba conocer el sabor de sus labios. Todo estaba mal, andaba mal. ¿Por qué lo estaba deseando obsesionadamente?