32

7.4K 800 258
                                    

2/2

No se imaginaba lo qué iba a pasar después que Taehyung enredara sus dedos en los suyos, solo quería que dejara de hablar de su novio, negándose y apartándose, por eso cuando lo vio acurrucarse en su pecho no dudó en abrazarlo con todas sus fuerzas y besar suavemente su cabeza, queriendo que se fundiera con él, pero era imposible. Al escuchar su dulce voz un "Yo también te quiero mucho Ho" sintió cómo se removían sus profundas emociones a punto de llorar porque alguien importante se lo decía, lo escuchaba de alguien que amaba. Al ver la mirada del castaño levantarse la siguió como un cachorro, fue cuando esos delgados dedos tocaron su piel dejándose hundir en ese cálido tacto, sus rostros y la humedad de sus respiraciones estaban tan cerca que se permitió cerrar los ojos para sentirlas más, su cuerpo tembló cuando una calidez se instalaba en sus labios, no podía ser posible que fueran los labios de Taehyung, no queriendo cometer una estupidez abrió los ojos.

—No debiste hacerlo... —vio cómo los dedos del castaño se escondieron y esos ojos hacerse apenados, sin saber a dónde mirar. Sus manos que estaban en la espalda del menor empezaron a abandonar ese lugar con las pupilas tristes contrarias seguirlas y sus dedos bajaron la línea de la columna vertebral hasta ubicarse en esas caderas —No debiste hacerlo —repitió, viendo los ojos del menor alzarse con tal frase y posterior le regaló una sonrisa ladina —Porque no pararé —fue cuando sus manos tomaron y empujaron ese cuerpo al suyo para quedar perfectamente unidos. Ignoró el pequeño salto que el menor hizo —Cierra los ojos, amor —ronroneó cerca de sus oídos para después cerrar sus ojos y buscar esos labios casi al mismo tiempo que sus manos acariciaban el cuerpo alrededor de la cintura ocultando cómo sus dedos temblaban nerviosos. Los latidos de su corazón estaban desenfrenados golpeteando contra su pecho queriéndose salir.

No debió de hacerlo, porque sabía que era débil, no iba a poder rechazarlo, queriendo tomar y probar todo su dulce néctar de sus labios hasta estar saciado, lo quería, ansiaba con todas sus fuerzas mostrarle todo el cariño que sentía por él, los cálidos abrazos ya no eran suficientes y se sentían incompletos queriendo algo más, sus dulces labios.

No era inexperto, ninguno de los dos, pero aquello se sentía como la primera vez, tan nervioso y torpe cuando nunca lo fue. Aquella dulzura estaba rozando sus labios sintiendo la calidez y forma de los contrarios, solo pequeños besos tocándose de un lado a otro, hasta que por fin pudo abrirlos ligeramente sintiendo cómo los contrarios también los recibían de la misma forma. Su cuerpo tembló de nuevo cuando sintió su lengua golpear su labio, pero no uniéndose a esa danza, su respiración se entrecortó resistiendo no marearse, solo eran unos simples besos ¡Dios! Estaba volviéndose loco, era tan abrumador, mágico y especial, no podía explicar todas las sensaciones que le hacían sentirse realmente querido.

Las manos de su castaño apretaron la tela de su pecho pegándose más a su cuerpo, es allí cuando los dos tuvieron el valor de querer encender una gran llama entre ellos dando la bienvenida a la humedad que hizo presencia mojando los labios contrarios y creando chasquidos que sonaban en la habitación. No podía definirlo como besos apasionados más bien para él eran labios probando la esencia contraria impactando cada vez para sentir la deliciosa calidez, suavidad y sabor en ellos.

El sabor a chocolate era el mejor si eran de los labios de Taehyung.

Sus dedos seguían paseándose con suavidad en la tela donde estaba esa cadera, misma que armonizaba los labios unidos. De repente sintió cómo la boca contraria dejó de seguirle el ritmo, alejándose de él. Abrió los ojos pensando que era el termino de esa bonita unión. Miró al castaño, tenía el rostro hacia abajo respirando con poco de dificultad y apretando su ropa con más fuerza para sostenerse, se asustó un poco temiendo que algo le esté sucediendo.

Enseñando al Nerd (HopeV)Onde histórias criam vida. Descubra agora