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Los nervios llenaban completamente su cuerpo, sus manos húmedas estaban ansiosas, las mariposas en su estómago aumentaban mientras más se acercaba el día y la hora de su reencuentro; así como la aparición del fuerte golpeteo en su pecho cada vez que pensaba en él, en sus caricias, brazos rodearle, en sus besos que disfrutaba y como no, en esa noche. Apenas había salido de la Universidad para ir a su casa y tomar algunas de sus ropas, metió lo que pudo saliendo disparado hacia la parada de autobús que no tardó en dejarlo cerca.

Sintió el calor de sus mejillas al encontrarse en la entrada de esa casa, amaba ese lugar, no es que perteneciera al pelinegro, sino que su aspecto era perfecto para vivir, sus estructuras de madera lo hacían parecer un lugar cómodo y protector. Las decoraciones le daban pertenencia y personalidad de la persona que vivía allí. Tenía una unión con la naturaleza que muy pocos lugares contenían gracias al jardín trasero y lo más importante, el ático, el lugar más cálido y hogareño que se acentuaban a una persona.

Metió la llave con cuerda roja en la cerradura abriéndola en segundos, cerró después de entrar guardando la llave, al verla respiró un poco de la casa sintiendo el olor a madera y un poco del perfume de Hoseok en el aire, sonrió por encontrarse de nuevo allí, sus pies emocionados subieron apresuradamente en el ático temiendo que el pelinegro estuviera detrás de él. Al estar allí colocó su mochila en una silla, quitó sus zapatos y corrió para meterse en las suaves sábanas de la cama; estaba un poco cansado por la jornada de exámenes que rindió en esa semana por lo que las telas al hacer contacto con su piel se sintieron como una serie de caricias, debía descansar en ese mismo momento, pero lo único que le interesaba era ver a Hoseok; lo extrañaba.

Buscó entre las sabanas el perfume de Hoseok, cuando la encontró se sintió tan relajado.





No, para nada lo estaba esperando, en su mente no estaba que al entrar alguien viniera a abrazarlo y tal vez besarlo, no, se escuchaba tan cliché de un enamoramiento. Aunque su Taehyung si podría ser esa persona comprobó que no era de ese tipo, o tal vez tuvo algo importante o una emergencia para no encontrarse allí, quizás podría venir más tarde.

Con un poco de inconformidad al encontrar su casa vacía sus labios se hicieron una línea, empezó a subir los escalones cuando ese pensamiento se le cruzó en la mente apresurando su caminar, él podría estar allí esperándolo. La ansiedad que desarrollo en esa semana se le hizo presente, lo necesitaba, quería verlo con mucha fuerza. Empujó su puerta no recordando si la dejó abierta o cerrada, todo estaba obscuro, el silencio absoluto predominaba, el anochecer estaba presente al distinguir algunas luces del exterior en la ventana por lo que fue al interruptor para que la luz apareciera junto con la sensación de desconsuelo; su vista pasó por cada espacio, detallando lo que estaba en la habitación hasta toparse con un bulto sobre la cama. Sus pies por un poco tropiezan los unos contra los otros por olvidar caminar, la emoción le hizo acalorarse agitándose con sus manos para disipar ese calor mientras paso a paso se acercaba en la cama; observó su cuerpo asomarse, los cabellos enredarse en la almohada y esas largas pestañas adornar su rostro.

Respiró aliviado y emitió una gran sonrisa que logró visualizar sus hoyuelos, se sentó en la cama admirando al castaño que se encontraba durmiendo, estaba alegre de que no se le haya olvidado aquel plan de fin de semana que le propuso en medio de su sueño hace una semana. Sus dedos se acercaron quitándoles los cabellos alborotados que ocultaban su frente, aquel gesto no lo hizo despertar, estaba bien dormido, concluyó que los exámenes de la Universidad lo dejaron de esa manera; tuvo que retener las ganas de besarlo y abrazarlo para dejarlo descansar. Con cuidado se quitó de la cama para ir a bañarse.

Enseñando al Nerd (HopeV)Where stories live. Discover now