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Su cuerpo fue colocado delicadamente sobre la cama del ático con la mirada prendida del pelinegro en él, se sintió tímido de repente, porque este no perdía su intensidad, casi como si quisiera comerlo o besarlo. Hoseok quedó erguido cerca de la cama tomando sus ropas, quitándolas una por una aún con la mirada puesta en sus ojos, una sonrisa ladina salió de la comisura de la boca del pelinegro cuando estuvo completamente despojado de sus prendas. Vio ese cuerpo duro y formado caminar hacia la cama, hundiendo el colchón con sus rodillas para avanzar hasta quedar frente a él, justo en ese momento él tocó su cintura haciendo que temblara y se estremeciera cuando fue invadido por sus jugosos y dulces labios de manera demandante, su mano se colocó en el pecho desnudo del mayor comprobando lo cálido que era, deslizándose hasta el cuello para sujetarse con ambos brazos, aferrándose a esos labios y a ese cuerpo que lo empujaba en la cama. 

El cuerpo de Hoseok se sentía pesado y fuerte, sin que estuviera aplastándolo, solo le gustaba la sensación de estar debajo de él, protegido en sus brazos. Un aroma a menta llegó a su nariz disfrutando el beso con más fervor dejándolo sosegado a ese olor que representaba a su novio completamente, fresco y varonil, debía estar en los cabellos que estaba acariciando entre sus dedos siendo la ruina de su novio en ese momento. Sus labios no se quedaron atrás, de nuevo lo estaban llevando a esa especie de nube esponjosa por el dulzor y pasión que desprendían, mismas que caían en sus mejillas en suaves besos y en su mandíbula en una suave succión que hacía quejarse por el abandono de su boca. Esos dedos se unieron a esa armonía, acariciando la extensión de su cuerpo sin quedarse en un lugar, pero si subir a donde estaban sus mejillas, paseándose por su cuello y quedándose en sus clavículas para rodear la orilla de su camisa blanca dando indicio a que todavía permanecía vestido; iba a levantarse para poder desvestirse, pero los labios en sus clavículas se lo impidieron, así como esas manos que tomaron los botones para abrirlas habilidosamente, deslizando detenidamente por la piel de sus hombros aquellas prendas que vestía; las manos lo acariciaron lentamente fijándose en la prenda que faltaba, misma que fue abierta por el broche y bajada en sus piernas. El contacto de piel contra piel le hizo gemir y fundirse en el tacto, amaba la piel de Hoseok; la necesitaba, por lo que sus curiosos dedos no se limitaron a quedarse quietas, sino que se pasearon por la extensión de las piernas, espalda y brazos del pelinegro, una vez fue a su cuello dándose cuenta que el mayor lo observaba, él igual lo miró dejándose llevar por la fascinación de su mirada amorosa.

—Te gusta ¿Verdad?

Lo escuchó susurrarle, tal vez refiriéndose a su cuerpo, pero no pudo preguntarle más porque el rostro contrario se acercó permitiéndose cerrar los ojos. El beso que fue pasional ahora era lento y muy dulce, sin ninguna prisa; esas manos hicieron lo mismo, se pasaron debajo de su cuerpo tratando de acomodarlo, pero que solo acariciaron la parte de su espalda, caderas y piernas al ritmo de sus suaves besos. Quemaba, sus dedos quemaban en su piel, quería más; quería que lo apretara, lo besara ansiosamente y que lo llenara, siendo valiente de meter la lengua en la boca de Hoseok que gimió por ello devolviéndole el beso con la misma fuerza.

—No puedo contigo, bonito —dijo recuperando el aire —Se supone que estoy yendo lento, quiero grabar en mi memoria esto y todo de ti, pero no puedo, estas tan ansioso como yo — besó al castaño una vez más, antes de estirar el brazo en la mesita para agarrar el tubo de lubricante, la abrió y colocó en sus dedos. Sus labios besaron el pecho y cuello, abrió más esas piernas acaneladas acariciando apenas su entrada que posterior penetró con uno de sus dedos —Relájate, bonito.

Taehyung se quejó ante el ardor siendo soportable, se lamió los labios enfocando su mirada en los ojos de su novio que lo observaban, que al ser descubierto no hizo más que besarle en los labios, pasando de vez en cuando en la piel de su pecho y clavículas. El frote en su entrada aumentó, el pelinegro lo tocaba y penetraba rápidamente gimiendo por todo el hilo de sensaciones en su cuerpo, el tercer dedo apareció abriendo los labios que fueron besados por la húmeda boca del mayor. Su miembro estaba totalmente despertado y supo que también Hoseok lo estaba al sentirlo chocar entre sus muslos.

Enseñando al Nerd (HopeV)Where stories live. Discover now