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Justo al llegar a la entrada de la casa se carcajearon como locos ante la situación recién vivida, se miraron unos minutos armonizando sus respiraciones, de un segundo a otro Hoseok fue de nuevo a él atrapando sus labios, tomó los brazos del castaño deslizando sus manos por sus caderas para pegarlo a su cuerpo, lo sujetó para llevarlo a base de besos, mientras que el menor enredó sus brazos en sus húmedos cabellos del pelinegro en un acto desesperado de sentirlo, las gotas de lluvia seguían en sus cuerpos escurriéndose provocando encenderlos por la humedad en ellos, los labios inferiores se degustaban y sus lenguas golpeaban la otra, aferrándose, negándose a separarse.

El tono brusco y apresurado les hizo tropezar con la alfombra cercana cayendo en el lugar donde durmieron en la noche.

—Ho... —se separó brevemente al sentir el cuerpo pesado caer encima del suyo, no sabía muy bien qué estaba pasando, su mente estaba perdida, mareado por el torrente de sentimientos fluyendo desde su cabeza hasta la punta de sus pies. Agitado focalizó su vista a esa mirada y esos delgados labios, acarició esos brazos siendo besado sin aviso de nuevo, se dejó hundir en él, lo quería, lo deseaba y amaba.

Lo apresó un poco fuerte con su cuerpo que se asustó de haberlo lastimarlo, pero al ver su devoción por recibir sus besos se dejó llevar. El sonido de la lluvia de afuera era el único que acompañaba los chasquidos y la ropa húmeda frotándose. Pasó su boca por esos suaves pares adictivos, dulces y esponjosos, llenos de sentimientos y necesidad como él. Acarició la piel de su cintura bajando hacia su trasero rozando sus muslos, tuvo que separarse levemente para comprobar que el menor quería lo mismo, esos ojos cristalinos lo miraron con deseo, así que deslizó sus dedos debajo de la playera azul cielo para rozar su hermosa piel, levantó aquella tela de sus brazos para quitársela, fue por los pantalones cortos desabrochando el botón para meter sus manos de igual manera, amasó ese trasero escuchando un suave gemido del castaño, la hizo deslizar entre sus piernas eliminándola de la anatomía de ese chico. Posterior pasó sus dedos en esa estructura desnuda dejando un beso en la cálida pelvis, se separó ahora quitándose la ropa apresuradamente tirándola a un lado.

Se inclinó hacia ese cuerpo besando tiernamente su cabeza y labios, lo que empezó apasionadamente ahora se convirtió en una tierna caricia, rozó sus labios en su cuello y pezones, pasando las yemas en las partes sensibles, escucharlo gemir en su oreja le mandaba una sensación de satisfacción al pelinegro.

—¿Ho- ho? —preguntó mordiéndose los labios al sentir cómo Hoseok abría la boca para pasar la lengua en una parte de su abdomen.

—¿Qué pasó, bonito? — respondió mareado y besó sus labios para mirar esos ojitos, quitó los cabellos no secos de su frente analizando lo que quería su persona favorita.

—¿Te estas reprimiendo? Ya sabes... —dijo nervioso.

—¿Te refieres a que si me gusta hacértelo suave? —el menor asintió con las mejillas tornándose en un ligero color rojo. Sonrió a no más poder, sabía a qué se estaba refiriendo —Taehyung... Yo te hago el amor. No puedo decir si es duro o suave, solo mi cuerpo se entrega a ti. Sabes, estamos sincronizados, nuestros sentimientos están en la misma sintonía, si eres dulce, yo lo soy. Si es al contrario... —sonrió —No, mejor dime... —acarició la piel de sus caderas viendo cómo el menor se removía con ese toque —¿Tú, te estas reprimiendo? —pegó su cuerpo encima del menor.

—Yo... —observó ese cuerpo duro presionarlo, cómo podía decirle que tenerlo cerca lo estaba mareando, que quería ser besado como hace unos minutos en la lluvia donde pareció encender un interruptor dentro de él, que frotara su cuerpo en el suyo y que le hiciera el amor gimiendo a no más poder; eso es lo que llevaba en la mente desde días, pero no se atrevía a revelarlo, no con sus palabras. Observó el cuello de Hoseok, la hermosa piel de su estructura, tan hermosa que quería lamerla, cerró los ojos tratando de tranquilizarse por esas sensaciones nuevas, no sirvió de mucho; el calor se propagó intensamente cuando el mayor amasó las mejillas de su trasero y lo aplastó con su cuerpo, no se dio cuenta que después de soltar un gran gemido se abalanzó allí, lamió esa tonificada piel, chupándola, robándole su color, era la piel de Hoseok que quería, tan cálida.

Enseñando al Nerd (HopeV)Where stories live. Discover now