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Pasó sus dedos entre todas las camisas que estaban en su closet indeciso de cuál usar; todas parecían las mismas y apagadas, no quiso complicarse escogiendo una de mangas largas color azul cielo. Dio un vistazo a la ventana para darse cuenta que estaba nublado, ya que la luz que entraba era poca comparado a los anteriores días y también porque el aire era un poco frío, tal vez llovería esa noche.

Cerró el último botón de su camisa pensando en lo triste, enojado consigo mismo y necesitado que se sentía por ver a una sola persona. Terminó de colocarse sus pantalones negros y fue hacia el espejo para arreglar un poco sus cabellos crecidos, sonrió al ver que su rostro se veía bien después de descansar en esas semanas. Posterior se recostó en su cama al tomar su celular observando la bandeja de entrada con cero mensajes en ella, suspiró un poco sintiendo cómo su corazón se agitaba por las dudas, lo entendía cuando él también dejó de mandar mensajes por estar tratando de colocar sus sentimientos en donde deberían de estar.

Ahora estaba todo claro, aunque sus sentimientos estén entre la tristeza y felicidad, lo menos que quería era lastimar a alguien.

Suficiente de pensar terminó de arreglarse para ir a la cita con el chico moreno de cabellos negros.


En poco pisó la entrada del lujoso restaurante siendo recibido por la sonrisa del chico, misma que no tardó en devolvérsela ligeramente, los dos caminaron a la mesa reservada esperando tener una común cena. El ambiente fue el mismo, como si nada hubiera pasado semanas atrás, todo seguía igual incluso su esencia amable y protectora. Quería agradecerle todo lo que hizo por él, el estar desde el principio y en uno de sus momentos más difíciles acompañándole, no lo iba a olvidar, era una buena persona que se merecía alguien mejor, no a él.

—¿Por qué no comes? —le dijo al castaño pensativo que solo se dedicaba a picotear con un tenedor la deliciosa carne pedida.

—Minho ¿Podemos ir a tu casa? —el contrario casi tira lo que estaba en su boca pensando otra situación —Tenemos que hablar.

Miró al castaño que tenía el rostro muy serio, suponiendo eso que creía olvidado. Lo creyó en esas semanas cuando no le había vuelto a mencionar nada en los días que lo visitaba para darle apoyo a su reciente perdida, viendo que todo seguía normal. Trató de pasar por alto lo ignorado que fueron sus muestras de cariño hacia él. Frunció el ceño tomando una porción grande de carne no entendiendo el porqué del pensamiento de su supuesto ex novio —Podemos hablar aquí, dime —replicó.

—Es sobre nosotros... —no quería hacerlo de nuevo, pero ya debía dejar claro esa situación y de alargar esa relación que no estaba llevando a nada. Desatar a ambos de esas cuerdas que los terminarían ahogando.

—Bien —dijo en tono serio quitando la vista del castaño —Terminemos de comer y nos vamos...

La última parte de la animada cena pasó a ser seria y con pocas palabras, muy pocas palabras. En breve ya estaban pidiendo la cuenta y rumbo a la mansión del mayor.




Taehyung apenas entró se sentó en uno de los sillones de su casa, en cambio él no pudo sentarse, ni tampoco quería, sabía que era lo que el castaño quería hablar.

—Minho ¿Puedes sentarte? Quiero que me escuches...

Su voz sonaba con tranquilidad, volteó a Taehyung, observando lo hermoso que se veía, era perfecto; su rostro, piel y cuerpo como ninguno, sumado a su personalidad genial, amable y tierna; todo en él lo había enamorado desde el principio. Entonces, si todo estaba bien entre ellos ¿Cómo llegaron a esto? Puede que lo haya sabido en todo este tiempo, porque a pesar de tratarlo como lo más valioso en su vida, una parte del castaño no lo aceptaba completamente, viéndolo temeroso cuando sus acciones se pasaban de cariño. Pensó que era la falta de costumbre, pero se dio cuenta que se debía más a la desconfianza que le tenía, por lo que se esforzó para que lo aceptara algún día, pero no funcionó.

Enseñando al Nerd (HopeV)Место, где живут истории. Откройте их для себя