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Pero no contó que aquellas acolchadas sábanas se movieran, solo un poco.

Frotó sus ojos ante lo que podría tratarse de un delirio o cansancio viéndolo de nuevo intacto, apretó con sus dedos la línea entre sus ojos, necesitaba urgentemente dormir. Con un poco de miedo y curiosidad enfocó su vista de nuevo ¿Nunca habían sentido un enorme miedo y felicidad al mismo tiempo? Porque era así como se sentía al ver claramente cómo las blancas telas se arrugaban dejando mostrar unos delgados dedos que apenas salían, exhaló al darse cuenta que su respiración estaba retenida.

Un poco más, esos dedos salieron a la luz tomando una de sus almohadas con dificultad, las sábanas se arrastraron mostrando los hilos de cabellos castaños esparcidos grácilmente y un suave rostro con largas pestañas aparecer, acomodándose en la suavidad y respirando lentamente, emitiendo una pequeña sonrisa como si hubiera descubierto algo en sus almohadas, no había duda, se trataba de él.

Su corazón había empezado a golpear su pecho sin querer detenerse —Taehyung... —sus labios temblorosos alcanzaron decir sin ser escuchado.

De momento esa criatura abrió los ojos aún somnolientos pasando a unos asustados por ser consciente de la luz a su alrededor, frotó sus parpados casi obligándose y sentándose de golpe en la cama —¡Hoseok!

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De momento esa criatura abrió los ojos aún somnolientos pasando a unos asustados por ser consciente de la luz a su alrededor, frotó sus parpados casi obligándose y sentándose de golpe en la cama —¡Hoseok!

Sus ojos se encontraron en ese instante, tan sorprendidos, temblorosos y parpadeantes, desatando la interminable ola de sentimientos que no tardó en llegar en cada célula de su cuerpo como la propagación de un fuego calentando los lugares más recónditos; las emociones, los recuerdos y el sentir estaban cobrando fuerza, ansiosos de volver a revivir su calidez, aquello que anhelaban y decían llamar su hogar.

Observó al hombre que había anhelado ver, pasó su mirada casi un segundo por ese cuerpo, un poco avergonzado por lo intenso de sus ojos al verle, él tenía una camisa de manga larga semiabierta, pantalones beige perfectamente a la medida y los pies descalzos tocando la alfombra, no restando para nada su atractivo. El hombre fue el primero en moverse, lo que agradeció porque su cuerpo estaba paralizado sin responderle, queriendo inmensamente recostarse en su tacto. El pelinegro saltó y se arrastró con sus rodillas en las sábanas para dar con él, tomándole la espalda para empujarlo a su pecho colocando su cabeza en la línea del cuello reconfortándose por lo bien que sus cuerpos se acoplaron y se sintieron; colocó sus manos en ese pecho inhalando temblorosamente y cortadamente, queriendo tocarlo, pero temiendo al mismo tiempo de hacerlo, sin embargo, se permitió cerrar los ojos un momento para calmar su corazón y sus ojos hinchándose de lágrimas, es cuando se dio cuenta que Hoseok estaba de la misma manera.

—Eres tú. Eres tú... Mi Taehyung... ¡Dios! Estas aquí... Al fin — habló dificultosamente tratando de mantener la calma ante sus lágrimas y su corazón dolerle. Besó su caliente mejilla escondida en su pecho con sus fríos labios temblantes sintiendo de nuevo su suave piel junto a la suya. Dios, era él; su Taehyung. No era un sueño o una ilusión hecha por el cansancio, sino el cálido chico del que se había enamorado y anhelado con todo el alma, el mismo que le hacía sentir cómo su piel era devorado por hormigas que picaban por su contacto. Era él, estaba de regreso, en sus brazos, teniendo la dicha de poder tocarlo, sentir su cálida respiración chocar contra su hombro, su corazón palpitar como el suyo y ser tocado por esas manos; era lo mejor de los abrazos. Por eso decían que los abrazos son los más extrañados cuando una persona se iba para siempre, porque nunca regresaría ese calor, ese aprecio y amor desapareciendo de la nada todos los signos de vida que algún día existieron, ese tiempo no volvería. Por su parte, él lo abrazaría por siempre, una muestra que él era su única persona; a la única que abrazaría y dejaría fundirse con su corazón.

Enseñando al Nerd (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora