Capítulo 21 Parte 2/2

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"Tú no ves a un lobo esconderse de una libre".

Solo hay dos Cazadores para enfrentarse entre sí. Él y yo. No es una categoría ansiada por todo lo que exige en los juegos y todo lo que implica. Casi nadie tiene las agallas para siquiera intentar postularse.

Al parecer yo sí las tengo.

Mi oponente apenas tuve oportunidad de mirarlo, fue rápida la presentación y luego nos separaron, fuimos enviados a alguna parte del bosque con pañuelos amarrados en nuestras narices. Estos estaban sumergidos en un frasco de perfume, para incapacitar nuestro sentido del olfato.

Ahora estoy sola, esperando escuchar la campana y poder quitarme el pañuelo del demonio que estoy segura me hará vomitar.

El objetivo de esto es cazarnos.

Se evaluara la técnica, la fuerza y el resultado.

Pues vaya que me siento jodida, aunque no puedo evitar pensar en aquella extraña mujer de la playa.

"La debilidad solo existe si tú la aceptas", me dijo y quizá tiene razón, porque así como la confianza es la clave que mantiene fuerte a este equipo, no aceptar la debilidad debe ser otra. Si hay confianza no debe haber debilidad.

Esa extraña mujer...

La que cazaba a su cazador.

El sonido de la campana se escucha potente. Me arrebato el pañuelo de la nariz y comienzo a moverme.

Tierra del fondo de un charco, río o lago para desaparecer el olor a perfume. Eso nos enseñaron en clase y muero por deshacerme de una vez por todas este incomodo...

Nos lo enseñaron en clase.

Diego –mi contrincante- hará exactamente lo mismo que yo, puedo suponer.

Me detengo.

El olor a tierra mojada puede ayudarte servir como camuflaje, pero de igual forma estarías poniendo un olor sobre ti. Un olor que sobre las ramas de un árbol no te serviría.

Y si él va a hacer todo lo que justamente ambos aprendimos en clase.

Puede que tenga una ventaja...A menos que él esté pensando lo mismo que yo y haga todo lo contrario a lo que creo.

En ese caso solo puedo asegurar lo que él creerá que yo haré y eso es: Hacer lo que aprendí en clase. Eso es seguro, sabe que no tengo experiencia en nada y con el teatro que hice más temprano...Como toda novata me apegaré a lo único que aprendí.

Pero lo que he visto en clase no es lo único que sé, soy la hija del Maldito. Y vivir con un hombre que vivió tantos años que no los puede contar tiene sus ventajas.

Mi mirada va hacia el suelo y comienzo a buscar.

Por el momento todo lo que deseo es quitar el mareante olor a perfume de mi nariz.

Raíces de Litia para despejar el olfato, decía siempre papá después de salir de la gasolinera cuando el olor quedaba aferrado a nuestras narices. Afortunadamente la Litia es una hierba común.

La arranco del suelo y comienzo a restregarlas por todo mi rostro.

Tomo respiraciones profundas.

El olor a bosque nunca me ha parecido tan delicioso, sin embargo, no puedo disfrutarlo. Tengo la sensación de ser perseguida y eso no me agrada, me pone nerviosa y me hace querer esconderme.

"Aprendan a ser cazadores porque aunque no quieran, si no eres cazador en este mundo, entonces serás cazado". Recuerdo las palabras de la profesora, no me siento una cazadora y eso solo me hace sentir que perdí. No quiero aceptar eso, no cuando apenas está comenzando.

Los Mestizos IIWhere stories live. Discover now