Después de la creación del hombre, la oscuridad y la luz fueron utilizadas para crear criaturas totalmente excepcionales; los virtutem iluminandi, una raza constituida por 6 especies únicas en su clase; ogros, vampiros, hadas, elfos, brujos, magos...
Con solo tocarla empezó a vibrar, dándome fuertes sacudidas ya que estaba encima de ella, pronto dejo de sacudirse y de convirtió en una simple esfera, un gran estruendo se escucho en todo el campamento.
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Nam.
- Aun no la encuentran - susurre mientras miraba por la ventana del aula 3/12 - si ella logra encontrar la esfera, de verdad seria impresionante - mía solo pudo asentir, acercándose a mi por detrás, apoyo su mentón en mi hombro.
- Espero que la encuentren rápido - dijo la peli rosa mientras pasaba sus brazos por mis costados abrasándome.
No le preste mucha atención a mi amiga mía, sabia cuan enamorada estaba ella de mi pero sinceramente no era para nada mi tipo de mujer, delgada alta y con aires de saberlo todo, en definitiva no era ese el tipo de mujer con la que quería pasar el resto de mi vida, la mujer con la que me metiera de lleno debía ser hermosa tanto dentro como por fuera, y eso era lo que buscaba, mis pensamientos se vieron interrumpidos por un gran estruendo, me solté del agarre de mía, la cual al igual que yo salió disparada del aula hacia la habitacion de jennie novia de min yoongi, la cual el día de hoy custodiaría la esfera, no tardamos mucho en llegar.
- Eres un perra, ¡desgraciada! - gritaba a todo pulmón jennie mientras se transformaba en un escorpio de 2 metros de largo - te matare hija de puta - volvió a gritar mientras blandía su aguijón.
- No te tengo miedo pedazo de marica - grito lía con un reflejo de furia en sus ojos - mátame si que da la maldita gana, pero de que te hago algo te lo hago, así sea que te muerda un ojo pero algo te hago perra - volvió a gritar mientras se lanzaba encima del gran escorpión negro, todo fue realmente rápido, lía se transformo en un gran lobo de 3 metros de largo y con sus dientes le arranco el gran aguijón a jennie, cuando le estaba por ensartar el segundo mordisco a jennie, yoongi apareció para golpear a lía contra una de las paredes y en el acto romperle dos costillas.
- ¡Debes estar loca! - grito yoongi con suprema rabia -la próxima te mato lía - advirtió sacando sus afiladas uñas y mostrando sus largo dientes de vampiro.
- Lo siento - se disculpo lía mientras se convertía en humana otra vez, para después salir corriendo de la habitacion 43, tal vez fue un error de mi vista, pero lía estaba a punto de llorar.
- Yo... - solo pude susurrar aun no podía procesar todo lo que vi y escuche, debía buscar a lía.
- ¿¡Por que mierda no hiciste nada!? - grito yoongi mientras me pegaba contra la puerta, pude ver la rabia en sus ojos, yoongi buscaba con desespero alguna respuesta mientras escrudiñaba mis ojos - ¡debes estar loco! - grito para después ayudar a mía a coger rápido a jennie del piso y llevarla corriendo a la pequeña clínica que teníamos en el campus.
- ¿Que mierda me paso? - me pregunte en voz alta - ¿¡que mierda te paso namjoon¡? - dije mientras estampaba un puño en la pared, la mano me ardía pero no era nada que la magia no pudiera solucionar, aun así no quise curarla, quería sentir el dolor por mas tiempo.
Salí al pasillo y puse mucha atención a los olores en el aire y rápidamente pude distinguir uno en particular, un leve toque a perro mojado.
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Lia.
No sabia que me había pasado, mucho menos lo que había hecho, estaba mas que claro que jennie era una perra pero no por eso la tenia que dejar medio moribunda.
- Yoongi... -susurre mientras me tocaba el costado derecho de mi cuerpo - ¿ahora tu también me odias? - varias lagrimas salieron de mis ojos, cuando daría yo por estar en el lugar de jennie, de tener su atención, su amor; me gustaría ser yo la que pudiera tocar sus labios aunque sea solo por segundos, verle sonreír de forma espontánea y sincera, y sobre todo pensar que el me quiera a su lado, deseaba eso y mucho mas, pero lo único que podía recibir de el era nada, no había nada.
El dolor en mi pecho era tan abrumador que pronto me encontré corriendo sin rumbo fijo, sin ninguna intención, solo quería desaparecer, estaba tan sumida en mi dolor que no pude evitar chocar con alguien que estaba enfrente de mi.
