Después de la creación del hombre, la oscuridad y la luz fueron utilizadas para crear criaturas totalmente excepcionales; los virtutem iluminandi, una raza constituida por 6 especies únicas en su clase; ogros, vampiros, hadas, elfos, brujos, magos...
- bella durmiente, debiste esperar a que llegara tu príncipe y te diera un beso de amor verdadero.
- no necesito de un beso para levantarme - murmuro con una sonrisa - solo necesito sentirme segura y fuerte - una leve sonrisa se planto en su cara - y te aseguro kook, que no necesito de ningún hombre para sentirme así - dijo mientras se sentaba en la cama - ¿donde carajos estoy? - la cara de incertidumbre mezclada con cara de recién levantada que cargaba lía me dio tanta ternura que fui incapaz de no darle un gran abrazo y para mi sorpresa, ella me lo devolvió - lo logramos ¿verdad? - susurro escondiendo su rostro en mi cuello - ganamos - pude sentir como sonreía, y no era para menos, lía era muy competitiva y sin duda alguna la misión de hace unos días era casi imposible de ganar.
- si, lo hicimos - susurre en su cabello - ganamos - dije mientras me separaba de ella - ¿no tienes hambre? - le pregunte mientras me disponía a salir de la habitacion para ir por algo de comer para ella.
- tengo mucha sed - susurro mientras se volvía a acostar - ¿donde esta nam? - pregunto sentándose de nuevo -necesito hablar con el - acto seguido se paro de la cama, pero así como se paro se cayo, el impacto no fue tan duro por que la logre coger antes de que cayera del todo.
- ya lo buscare yo, así que por favor quédate quieta pequeña pulga cochina - dije después de depositarla en la cama para salir corriendo, nadie mas sabia de que forma lía había vencido las barreras que fueron puestas, todos los puntos de vigilancia, solo yo sabia que se podía convertir en una pulga.
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Lía.
Mi cuerpo dolía y no era causado por mis costillas, el dolor era raro, pronto sentí la necesidad de estirarme los mas que pudiera en la cama, varios de mis huesos sonaron unos tras otro, jamás en mi vida me había pasado algo como esto y eso que podía durar dormida hasta 10 horas seguidas, pero a juzgar por el color del cielo, no debían ser mas de las 8 o 9 de la noche, por lo cual no entendía por que estaba tan entumida en mis extremidades si hace mucho no había pasado la prueba.
Paso media hora y kook aun no volvía, no espere mas y me levante de la cama, a paso lento Salí de la habitacion y di con un pasillo largo lleno de muchas puertas las cuales debían ser mas habitaciones así como la mía, no repare mucho en ellas y llegue hasta el final, antes de doblar hacia la izquierda, no es por ser cochina ni nada pero había un pene muy llamativo pintado en una de las puertas que estaban al final del pasillo, era grandioso, quien sea el que lo haya pintado era de verdad un gran artista, un poco apenada me aleje del dibujo cuando me disponía a irme, algo llamo mi atención, una cabellera totalmente blanca saliendo de entre las cobijas, abrí lentamente la puerta y entre, su pelo era terriblemente hermoso y debía saber quien era el dueño de esa perfección, lentamente deslice la cobija de su cuerpo, dejando me ver el rostro casando mas hermoso que había visto en toda mi vida, nam era terriblemente hermoso aun con baba saliendo de su boca abierta.
- pobre debe estar muy cansado - susurre mientras apartaba mechones de pelo plata de su cara - pero... ¿cuando te pintaste el pelo? - lo pregunte mas para mi misma ya que es obvio que el no me contestaría.
Me quede contemplando un largo rato, compare el tamaño de su mano con la mía, le abrí los ojos mas de una vez para poder verificar bien el color de estos, le cerré la boca varias veces, pero siempre la volvía a abrir.
- Eres súper dormilón - susurre mientras acercaba mi cara a la suya, mire detenidamente cada parte de su rostro, y pare Curiosa sobre sus cejas, algo extrañada me aleje de el - ¿no tenias las cejas grises? - murmure en medio de un puchero - ¿que clase de persona se pinta el pelo de blanco y se deja las cejas negras nam? - pregunte disgustada, eso era una aberración parecía - te pareces al amor de mi vida - susurre mientras sonreía, a quien quiero mentirle, este hombre es hermoso, hasta calvo seria hermoso, ya había pasado mucho tiempo desde que estaba en aquella habitacion por lo cual me dispuse a irme, inspeccione un rato mas la habitacion en la que se encontraba nam y me percate que al lado de la cama había una mesa pequeña en la cual reposaban unos cuantos chocolates envueltos en papelitos de colores, por estar viendo a nam se me había olvidado el hambre que cargaba encima, por lo cual no me sorprendí al verme con 3 de esos chocolates en la boca.
