08

10.9K 889 157
                                    

—¡CAPÍTULO OCHO!No estoy muerta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡CAPÍTULO OCHO!
No estoy muerta.

Harper observaba las personas a su alrededor, ojerosas, pálidas, despeinadas, con miradas dispersas, idas, todos drogadictas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Harper observaba las personas a su alrededor, ojerosas, pálidas, despeinadas, con miradas dispersas, idas, todos drogadictas.

La única persona que parecía interesante en esa sala era Itza Feelen, la chica además de ella menor de edad en esa sala.

Itza se encontraba tirada en la silla, mal sentada, como si no le importará nada. Su pelo estaba atado en una desordenada y descuidada cola. Vestía su característica chaqueta de cuero negro.

Gilbert se encontraba sentado, observaba con una mirada estudiosa a todos en esa sala, sus rasgos, su físico, todo lo que le pudiera dar información de sus estados.

La chica británica había escuchado mucho de él, un ex drogadicto que sorpresivamente había llegado a la ciudad hace dos años con pocas pertenencias, sin donde quedarse, como si huyera de algo.

Gilbert hacía que de una manera o otra confiaras en él, lo había notado cuando sus compañeros de rehabilitación habían accedido a contarle su vida tan fácilmente, lo cual la pequeña Harpie no había recurrido a hacer todavía.

Harper miró a la mujer de siempre; Dorothy sufría de leves tics nerviosos en su ojo derecho, acompañados de su largo cabello rubio y su piel pálida.

Dorothy contaba su progreso, un poco de su vida, su voz temblaba y aveces dudaba en que decir y que no. ¿Cómo no hacerlo? Harper nunca revelaría tantas cosas que para ella eran privadas.

Harper hace una semana estaba limpia, hace una semana no se sentía segura, hace una semana no se sentía ella.

—¿Y tu pequeña Harper?—la llamó de la nada Gilbert Finnwen.

Harper no se había dado cuenta de cuando su vista había caído en el suelo como si fuera lo más interesante, sus manos habían empezado a sudar, a temblar, había empezado a respirar aire frío.

WITCH SWAN| H.p y Crepusculo.Where stories live. Discover now