WITCH SWAN| H.p y Crepusculo.

14

—¡CAPÍTULO CATORCE!
Le gustaba formar parte de ese caos.

Escuchó la primera flecha clavarse, había caído muy baja para ser de un cazador profesional o una persona que supiera usar un arco. Cuando la siguiente flecha se clavó en un árbol a la altura de su cabeza, fue cuando se asustó y comenzó a correr.

Había salido de la casa de los Cullens esa tarde y ni bien salir al bosque y caminar unos kilómetros, ya había sentido que alguien la seguía.

Corría, corría, corría, casi tan rápido como cuando llego a América desde Europa.

Intentaba perderlos, a la persona que la perseguía, no sabía quién o quienes eran, pero iban armados y eso ya era bastante para huir.

Pasos apurados, viento frió, la humedad del bosque, escuchando pasos, con los sentidos agudizados.

Aceleró. Mucho no le faltaba.

Flecha demasiado cerca. Maldijo como solo Theodore le había enseñado.

Ingreso a la reserva. Y se apresuro a la casa de los Flitcher, sin importar lo loca o agresiva que se viera con su paso.

Con un movimiento de mano abrió la puerta, magia.

No le sorprendió al ver que la casa estaba tan sola como ella en ese momento.

Sola pero segura.

*     *     *

Quizás cinco horas después fue cuando Itzaes llegó a la casa. Ropa deportiva —cosa que nunca usaba—, de color negro, pelo atado en una coleta y sudor acompañado de un acelerado corazón.

  —¿Qué te paso?— preguntó desde el sofá la británica.

Itza pegó un salto en el lugar.