WITCH SWAN| H.p y Crepusculo.

20

—¡CAPÍTULO VEINTE!
Bailar bajo la lluvia.

Negó, no quería nada de beber, pero igual le agradeció a Esme, siempre tan servicial y maternal, tan amable.

Harper miró a Edward frente a ella, su cuñado siempre le dejaba una vibra rara; no por el motivo de que era una viva imagen de su anterior amor, si no por el hecho de que sabía de que por momentos o por unas pequeñas excepciones había podido entrar en su mente.

Lukas la observaba a ella, sentado en el sofá, tieso, quieto, como si pudiera quedarse así dos siglos, que en realidad si, observándola a ella podía estar así todo el tiempo del mundo.

Harper estaba demasiado pálida y débil, eso no fue pasado desapercibido por ninguno de los vampiros.

Harper estaba rodeada de la familia de ojos avellana, todos atendiéndola como si estuviera enferma, esa conducta era lo que en realidad la enfermaba.

Lukas tenía preocupación en su mirada, su familia lo sabía, porque era la misma mirada que tenían ellos, pero más intensa. Harper se veía tan pequeña y frágil, tan descuidada.

Harper sentía que algo malo iba a pasar.

  —Harper, tu no estás bien para ir a la terapia de la tarde de hoy.— quizo hacerla entrar en razón Bella.

  —Edward, no le hagas caso a mi hermana, llévame al hospital por favor.— dijo mirando el techo la castaña.

Edward miró dudoso a su esposa, sin saber que hacer ante esta situación. Bella asintió sin saber que más hacer.

*   *   *

Harper miró al psicólogo a cargo de su terapia. El doctor Gilbert estaba muy cerca de ella, demasiado, esperando una respuesta. ¿Ella sería su siguiente Pandora?

  —¿Qué le pasó a Pandora?—preguntó dudosa la chica de catorce años.

El doctor se separó derrepente, como si hacer esa pregunta fuera un grave error. Dio una vuelta por la habitación vacía.