WITCH SWAN| H.p y Crepusculo.

10

—¡CAPÍTULO DIEZ!
Muerte.

Harper solo podía sentir como todas las voces en su cabeza se coordinaban en una extraña frecuencia que hacía reventar sus tímpanos: era enloquecedor. Quería que alguien le pegara un tiro y las callara a todas.

Pero la verdad era que la que gritaba en esa sala no eran ellas, era ella, su voz era escuchada por los vampiros, sorprendidos por el repentino acto de pánico y horror de la aparente humana.

Su grito habría roto un tímpano humano: lo aseguraban ciegamente los hermanos y padres, hasta dudaban en si se había llegado a escuchar en la ciudad o no. No era algo humano.

Más les sorprendió cuando la chica de cabellos castaños movió su cabeza rápidamente hacia la parte trasera de la casa, justo a la ventana con vista al bosque y sin pensarlo dos veces y ante la vista de la familia, rápidamente se arrogo hacía ella, rompiéndola en ese proceso.

Estaba como poseída.

  —¿¡Harper!?— Esme fue la primera en llamar preocupada a su nueva hija.

Porque si, los Cullen ya veían a Harper como una nueva integrante de su familia, la habían visto caerse tantas veces en estas semanas, abrazar el piso como si fuera su mejor amigo, abrazar esas recaídas, que simplemente no podían negar el cariño que le habían agarrado a la chica de acento británico.

Ninguno de los vampiros dudo en seguir a la chica que se alejaba a pasos rápidos hacia en mi bosque sin importar contar con varios vidrios clavados en lo que se distinguían sus piernas.

   —¡Harper! ¡Detente! ¿¡Donde vas!?— Preguntó Bella tiroteando a la chica del brazo. Más está la ignoro.

Harper no sabía lo que hacía, sus pies iban solos, su mente estaba en silencio, las voces se habían callado y parecía que su mente iba a tener el merecido descanso. No era consciente de toda la familia que la seguía, sus ojos se iban cerrando poco a poco, pero sus pies no paraban, adentrándose en el bosque.