♛ N U E V E ✏

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James golpeó la pelota con su raqueta y por décima vez en ese juego, no la alcancé a atajar

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James golpeó la pelota con su raqueta y por décima vez en ese juego, no la alcancé a atajar. Lo más sencillo era culpar al clima; el frío me acalambra mucho los músculos y aunque llevaba una sudadera grande y cómoda, el viento lograba colarse por mi ropa.

Resoplé fastidiado porque odiaba perder y salí de la cancha, no quería jugar más.

James llegó hasta mí y aunque tenía una sonrisa burlona en la cara, estaba también preocupado.

—¿Qué te pasa? Andas muy disperso.

—Tengo mucho frío —admití—. Y estoy pensando en Alicia.

James enarcó sus cejas.

—¿Y eso? ¿al fin desarrollaste amor por ella luego de diez años?

—Alicia no me tocaría ni con un palo —respondí riendo—. No, nada de eso. Te contaré, ¿recuerdas a los disfraces ridículos de la fiesta de Martina?

—Sí. ¿Qué con eso?

—Resulta que no sabíamos quiénes eran y creímos que así quedaría, pero ambos trabajan en el almacén donde Martina empezó a trabajar también. —Reí—. Y Alicia dice que nos podemos divertir con eso.

—¿Le harás creer de nuevo a la chica que cometía un crimen? No seas cruel. La puedes matar.

—La vi una vez y me reconoció, me miró aterradísima. —Recordé su mirada mientras llevaba las dos bolsas de basura y aunque me sentí un poco mal ahora que sabía el motivo de su miedo, me causaba gracia, hasta ese momento no comprendía del todo por qué le ponía tanto interés a su acto, solo se habían colado a una fiesta, no era un delito en sí—. Y que conste que la de la mente malvada es Alicia, no yo.

—¿Y qué piensan hacer acaso?

—Si te soy sincero, acá el interés es de ella. El cuaderno le pareció atractivo y según ella "sin disfraz se ve mucho mejor". Ya sabes cómo es cuando se encapricha con un chico.

—Que lo invite a salir y ya.

—Alicia no se va por lo simple. Dice que de algún modo nos hagamos sus amigos sin decirles que sabemos que son los de la fiesta. Es absurdo.

James hizo una pausa y lo escuché suspirar a mi lado.

—Pero supongo que le seguirás la corriente.

—Supones bien.Tú lo harías también, no lo niegues.

Ambos reímos.

—¿Qué hay del crayón? ¿te gustó?

Giré a mirarlo y él tenía su gesto burlón y pícaro. Negué con la cabeza riendo.

—Lo único que vi de ella fueron sus ojos, y sí, eran bonitos. Es todo.

—Puede que sea el amor de tu vida.

—O puede que Alicia haga algo terrible y luego el crayón prófugo me odie. Las posibilidades son infinitas.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora