♛ V E I N T I D O S ✏

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Alicia a mi lado reclinó el asiento para semi recostarse, solo la miraba de reojo, pero desde mi lugar era visible su gran sonrisa

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Alicia a mi lado reclinó el asiento para semi recostarse, solo la miraba de reojo, pero desde mi lugar era visible su gran sonrisa. Acabábamos de dejar a Isa y a Elías en casa de él cerca de media noche. Fue necesaria una prolongada despedida del par de tontos porque parecía que no se querían soltar ni un segundo, estaban en lo bonito del inicio de las relaciones, pero para alguien como yo que solo lo miraba desde afuera resultaba demasiado meloso y viniendo de Alicia, muy raro.

Alicia suspiró con el volumen suficiente como para que una persona promedio le pregunte qué la hace suspirar así, pero guardé silencio sin dejar de mirar la vía. Soltó otro sonoro suspiro y al no recibir respuesta, habló:

—Andy, estoy enamorada.

—Estoy halagado, pero solo te quiero como amiga.

—Ni siquiera me fastidiaré por tu sarcasmo. Y como no tengo mejor amiga, te lo diré a ti que casi, casi eres una.

—¿Gracias?

—Elías es grandioso, Andy. Conocerlo es la mejor casualidad que he tenido, me alegra tanto que se haya colado a la fiesta de Martina. Él es lo que yo necesitaba. —Suspiró una vez más y subió sus piernas sobre el asiento, dejando sus rodillas casi frente a su mentón—. Tiene tanto en común conmigo y me habla tan bonito.

—Ningún hombre que quiera algo contigo te va a hablar de mala manera.

Escuché un medio gruñido de su parte.

—¿Por qué eres tan aguafiesta? —refunfuñó—. Solo te estoy contando que con él la paso muy bien y que me encanta.

Dada la hora las calles estaban casi desiertas; aún faltaba un poco para llegar a nuestro vecindario, pero me orillé en una calle de tres carriles y apagué un momento el motor para hablar en soledad con Alicia.

—Bien, vamos a ponernos serios, Alicia. Te encanta Elías, excelente, genial por ti, de verdad me alegra verte así de contenta después de tanto tiempo.

—¿Entonces cuál es tu problema?

—¿Quieres que te sea sincero o que diga lo que te conviene? Porque creo que ambas es imposible.

Alicia empezó a notar por donde iban los tiros con lo que le decía por lo que extendió de nuevo las piernas y adoptó una actitud seria, de hastío, ese gesto que un adolescente rebelde pone cuando sabe que se avecina un sermón moral de sus padres.

—Sé sincero solo por esta vez.

Asentí para mí mismo y respondí en un tono moderado, solo lo justo para que ella me escuchara y que no sonara a regaño alguno.

—Yo no puedo decirte cómo manejar tu vida o tu corazón, pero piensa con la cabeza fría y si es necesario, admite que al estar con Elías estás intentando llenar el vacío que Oscar te dejó. No te juzgo, Alicia, porque te amo y te he visto sufriendo meses por él, de hecho me agrada Elías y esa chispa que tiene sobre ti es grandiosa. Pero no confundas las cosas porque a la larga puedes salir perjudicada.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora