♛ Q U I N C E ✏

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Alicia y yo observamos a Elías y a Isa alejarse a paso lento y al tiempo fruncimos la frente

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Alicia y yo observamos a Elías y a Isa alejarse a paso lento y al tiempo fruncimos la frente. Cuando volvimos la vista a James, él se limitó a encogerse de hombros.

—Quizás tienen hora temprana de llegada a casa —aventuró sin mucho interés. 

Seguimos caminando hacia la mesa, pero yo no podía dejar de pensar en ese gesto medio aturdido que llevaba Isabel, especialmente porque sabía que en esta ocasión no era mi culpa. Cuando tomamos asiento y miré a Martina, noté que tenía su mirada ausente y que estaba algo recaída en su propia silla; algo había sucedido.

—¿Saben por qué se fueron? —preguntó Alicia sin mostrar mucha curiosidad, solo como algo casual—. ¿Tenían toque de queda o algo?

Martina la ignoró, cosa rara en ella y entonces Maddie respondió:

—¿No estás saliendo con Elías? Deberías saberlo.

—El que salga con él no me hace su dueña así que puede irse cuando le plazca, solo pregunto porque iban de afán y no me dio tiempo de preguntarle a él.

—Quizás se dieron cuenta de que este lugar era muy costoso para ellos —replicó Maddie—. De todas maneras, en mi opinión fue muy grosero haberse ido así.

—Solo pidieron agua —intervine—, ¿por qué pensarían que es costoso si no iban a pagar nada?

—Tal vez les dio vergüenza. Si de verdad estás saliendo con ella deberías reconsiderar a dónde la llevas. Puedes ofenderla.

Ese tono pseudo dulce que Maddison usaba cuando quería ofender a su peculiar estilo era uno que me alteraba así estuviera difamando de algo tan insignificante como una mosca, y cuando lo usó para referirse a Isa, juro que la odié más que a nadie por varios segundos seguidos.

—Aunque no lo creas hay mujeres que no son tan estúpidas como para ofenderse por insignificancias.

—Solo estoy suponiendo, Andy —se defendió—, no te pongas agresivo.

La mesera ya había dejado nuestra orden sobre la mesa y James ya estaba bebiendo de su café. Alicia se removió en su asiento y yo sabía que al igual que yo, no creía que Maddie no supiera nada de la razón de ellos de irse, es más, yo podría apostar que ella era el motivo.

—Maddie, ¿ellos no te dijeron nada del por qué se iban? —preguntó Alicia con gentileza. De la manera más dulce; la fastidiosa negó con la cabeza—. No parecía que se quisieran ir hace unos minutos.

—No, ni idea.

Noté que Martina desviaba la mirada hacia abajo y la mantenía ahí, en un gesto demasiado inusual en ella que siempre estaba animada cuando Maddie estaba presente. Codeé a Alicia y moví el mentón para que ella también viese a Martina y luego me devolvió la mirada casi diciéndome que también la notaba extraña y además sonrojada. Amaba de Alicia que podía leerme la mirada y que yo podía leer la suya y ahí ambos nos dijimos que mi hermana sabía qué había pasado y solo le estaba cubriendo los hechos a Maddison.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora