❝Dos amigos se meten sin invitación en una fiesta de disfraces. Cuando piensan que todo será una aventura perfecta, un Príncipe chismoso y una Cenicienta egocéntrica pondrán en peligro la diversión❞.
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La época navideña siempre fue bonita para mí y mi familia, incluido Elías. Esa última semana de diciembre, sin embargo, fue agridulce para mí. Me alegraba haber conocido a Andy y todo lo que de momento auguraba bien, pero me entristecía no haber sido aceptada en la universidad y me dolía ver sufriendo a mi mejor amigo.
El veintiocho de diciembre fue el último día de trabajo en el almacén, ese día siempre se cerraba por unas dos semanas de descanso hasta más o menos mediados de enero. En la noche de ese sábado Elías vino a casa como de costumbre a mirar películas conmigo, pero como mi tío, su esposa y mis padres estaban todos en la sala, decidimos subir a mi habitación.
Le di la opción de escoger la película, pero noté que no le puso nada de interés a hacerlo, solo estiró la mano a la cajita donde las guardaba y sacó la primera que sus dedos tocaron. No fue una terrible, ni fue una romántica que pusiera a Elías sentimental, se llamaba Se busca y era una exageración cinematográfica pero con Angelina Jolie, lo que no la hacía mala.
Pasaron veinte minutos de película y yo había sido la única en tomar palomitas, miré de soslayo a Elías un par de veces y pese a que su cara apuntaba a la pantalla, su atención estaba demasiado lejos de mi casa.
ーLas mejores amigas escuchan ーmurmuré cuando lo sentí suspirar a mi lado. No se movióー. Y no juzgan. Háblame. ¿Qué sientes? Ni siquiera tengo el descaro de pedirte que no estés triste, pero sí la necesidad de escucharte, quizás soltarlo te ayude.
Sé que me oía aunque su cuerpo estaba totalmente estático, como presa de una hipnosis interna que se negaba a soltarlo. Dejé mi atención en la pantalla, pero con parte de mi cabeza muy pendiente por su respuesta.
Finalmente se reacomodó en el lado derecho de mi cama y comenzó a hablar sin mirarme:
ーDuele. Pero no estoy seguro de qué parte en específico. No siento que me vaya a morir por esto o que vaya a entrar en depresión severa. ーSoltó una ligera risa que se extinguió tan pronto como pasó por entre sus labiosー. Creo que pasé tan poco tiempo con Alicia que no me duele que se haya ido, sino que me duele haberla conocido. Siento que pude ahorrarme mucho si no me hubiera emocionado tanto con ella.
ーNo hay manera de que pudieras saberlo ¿Recuerdas lo que te dije sobre las probabilidades? Nunca sabes cómo va a salir.
ーEs que no es justo ーexhaló finalmente, en un tono roto y más bajoー. Alicia no fue una chica que me gustó y ya, fue más. Sé que puede que creas que exagero, Isa, pero ella es la representación casi literal de la chica de mis sueños, y hubiera sido mejor que se quedara en eso, en algo platónico y soñado... pero no. Ella se volvió real, me dejó quererla y aferrarme a lo ideal que la pinté en mi mente. Es solo que creo que es una jugada muy sucia de la vida ponerme a un sueño enfrente para quitármelo tan deprisa. No creo haber hecho algo que merezca ese castigo.
ーNo hiciste nada malo, Elías. ーLe busqué la mano, él no movía su cuerpo para nada y su vista seguía estática en algún lugar al frenteー. Piensa en ese refrán de "es mejor haber amado y perdido que no amar nunca" o algo así, no funcionó con Alicia, pero tu corazón es grande y ya encontrarás quién lo cuide.
