NUESTRA ES LA FURIA | Pesada es la corona y, sin embargo, ella la usa como si fuera una pluma. Hay fuerza en su corazón, determinación en sus ojos y la voluntad de sobrevivir reside en su alma.
Ella, eres tú
Una guerrera, una campeona, una luchadora...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
🔸☀️🔸
Jaime caminaba de un lado a otro, sin lograr encontrar tranquilidad en su interior. Las palabras de su sobrina rondaban por su cabeza con gran insistencia: no es la única que ha pasado por todo eso. Lena había pronunciado esas palabras con bastante coraje, y algo en su interior le decía que no era precisamente por su mala relación con la joven Targaryen. Luego de eso, había salido a paso veloz del Gran Salón, nadie más que él notó como limpiaba una lágrima al atravesar la puerta.
— Deberías hablar con ella. —le sugirió Brienne, la cual se había dado cuenta de su inquietud.
— No creo que quiera hablar.
Lo sabía porque la conocía. Siempre que su sobrina sentía la urgencia de contarle algo, lo buscaba por todas partes y hablaba con él todo el día. Algo que no había hecho hasta ahora.
— Tal vez necesita que le preguntes esta vez. —Brienne sentía que algo no andaba bien, y cuando las cosas son así, no siempre era fácil decirlo.
Jaime camino decidido por los corredores del castillo buscando a Lena en cada rincón. No estaría tranquilo hasta tener una respuesta clara y concisa. Al no hallarla por ningún lado, no tuvo más remedio que buscarla en su habitación. Tocó la puerta diciendo su nombre, escuchó su voz al otro lado de la puerta indicándole que podía pasar. Estaba sentada a la orilla de la cama con Joseph en brazos. Jaime frunció el entrecejo, siempre que sostenía a su bebé en brazos su expresión era de pura felicidad, pero ahora se veía decaída. Bran Stark estaba frente a ella, con ambas manos descansando sobre su regazo. Supo que su llegada había interrumpido una conversación.
— ¿Podemos hablar? —le pidió con calma, pero Lena miró alarmada al Stark, casi asustada. ¿Por qué?
Bran se estiró un poco para tomar su mano y darle un ligero apretón tal vez para confortarla.
— Es tu decisión. —le dijo. Lena asintió, y Bran aún tardó un poco en dejar la habitación.
Aún cuando él salió Lena permaneció sin decir palabra alguna, entonces Jaime supuso que debía ser él quien iniciara la conversación, después de todo, por algo la buscaba.
— Tengo una pregunta que hacerte. —finalmente habló, yendo directamente al punto— ¿Qué quisiste decir con que Daenerys Targaryen no era la única que había pasado por eso?
Lena soltó un pesado suspiro, pero no dijo nada hasta después de varios segundos.
— Porque es la verdad. —respondió, pero no lo miró a los ojos. Estaba concentrada acariciando el rostro del bebé que recién se había quedado dormido.
