NUESTRA ES LA FURIA | Pesada es la corona y, sin embargo, ella la usa como si fuera una pluma. Hay fuerza en su corazón, determinación en sus ojos y la voluntad de sobrevivir reside en su alma.
Ella, eres tú
Una guerrera, una campeona, una luchadora...
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🔸☀️🔸
| c a p í t u l o — f i n a l |
Lo único que podía escuchar en esos momentos, era el cantar de las aves a su alrededor. Sus ojos aún estaban cerrados y no podía saber con mucha seguridad en donde se encontraba. La superficie donde estaba recostada era algo suave, y podía percibir un aroma familiar. Al abrir los ojos, miró directamente al cielo. Las copas de los árboles, tan altas, abarcaban parte de su visión. Una hoja cayó sobre su rostro y fue cuando decidió, por fin, ponerse de pie. Recordó lo sucedido, y se sintió extrañada al ver que la sangre había desaparecido y que ahora se encontraba en el Bosque de los Dioses, en Winterfell. Incluso su atuendo anterior había cambiado, ahora usaba un bonito y sencillo vestido blanco. Estaba sola. O eso creía.
— Lena... —su cuerpo tembló al volver a escuchar su voz— Mi Lena.
Se giró lentamente, hacía la dirección de donde provenía esa voz.
— ¿Robb? —su voz tembló.
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La joven no pudo soportar mucho tiempo para lanzarse a sus brazos. Inhalando su característico aroma que tanto extrañaba. Sollozó, pero las lágrimas no brotaron, porque el joven lobo atrapó sus labios tan pronto la tuvo cerca.
— Te he estado esperando. —dijo él, con voz tranquila.
— Ha sido tan difícil. Todo este tiempo sin ti...
— Todo ha terminado. —respondió, volviendo a abrazarla, esta vez más fuerte— Ahora estamos juntos. Ya nada puede cambiar eso.
— ¿Qué hay de Joseph y Elia? —preguntó angustiada. La idea de dejar solos a sus hijos le causaba una gran pena— ¿Qué pasará con ellos?
— Tuvimos unos hijos maravillosos, ellos estarán bien. Están en buenas manos. —le aseguró— Ahora, debemos irnos, mi amor.
