♔- NO DIGAS ADIÓS

3.7K 432 132
                                    

🔸☀️🔸

31 | NO DIGAS ADIÓS

31 | NO DIGAS ADIÓS

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

🔸☀️🔸

Theon corrió tan rápido como sus piernas le permitieron, apenas le respondían debido a la adrenalina que corría por su cuerpo. Siguió el camino que Robb les mostró al momento de idear el plan.
Lena se puso alerta en cuanto lo vio llegar con la respiración agitada pero no le dijo nada. Antes se dirigió a Allister, quien asintió ante las palabras de Theon y luego se dirigió a ella.

— Mi reina, debemos irnos. —le comunicó el caballero.

— ¿Por qué? ¿Qué pasa?

Cat y Sansa se acercaron tratando de averiguar lo que estaba pasando.

— Confié en mi. Tenemos que sacarlos de aquí ahora.

No esperaron una respuesta de su parte. Llegaron al otro lado del pasadizo que los llevaba a las afueras de Winterfell, un lugar han escondido que ningún soldado podría darse cuenta que escapaban.

— ¿Dónde está Robb? —insistió en saber, tanto misterio ni hacía más ponerla más nerviosa. Siguió sin tener respuesta— Theon...

El muchacho no pudo continuar evadiéndola, Lena lo tomaba del brazo y suplicante le exigía una respuesta.
"Cuando el momento llegue, huye" Quizá el momento llegó y era precisamente lo que trataban de ocultarle.

— Tywin.

Escuchar ese nombre fue más que suficiente. Miró a Sansa, de una forma que sólo ellas dos comprendían, la pelirroja tomó a Joseph susurrando un yo lo cuidaré.
Era arriesgado ir, tan pronto como Tywin o Euron notaran su presencia no dudarían en aprisionarla. Aún así eso no le importo. Monto el caballo del joven Greyjoy y fue rápidamente en busca de su esposo.

Los cuerpos inertes caían frente a ella, los dragones lanzaban fuego, eso debía ser más que suficiente para ganar la batalla, pero por alguna razón no era así. Notó que Daenerys apenas y podía atacar y que más de una vez estuvo apunto de perder el equilibrio por culpa de un arma que supuso crearon especialmente para ella y sus dragones.
Algunos del bando contrario que lograban reconocerla iban directo en su persecución. Ella no llevaba ninguna arma por desgracia, por lo que tenía que hacer que el caballo andará tan rápido como podía.

Cuando se giró se dio cuenta que Euron Greyjoy era quien tanto insistía en capturarla.

— Ven aquí, bonita. —masculló con una voz grotesca.

Lena tomó con más fuerza las riendas del caballo. Siendo una buena jinete, más la ayuda de Allister, quien salió de inmediato detrás de ella, logró alejarse de Euron.
Finalmente encontró a Robb. Luchaba ferozmente contra el león mayor mientras Jaime se encargaba de todo aquel que estuviera del lado de su padre.

La frente de Robb ya tenía una herida de la cual corría un hilo de sangre. Aún así no se daba por vencido. No había escuchado de algún hombre que le hiciera frente al gran Tywin Lannister de esa manera.
Faltaba tan poco para estar con él. Pero en un segundo, Robb cayó de rodillas, Tywin, su abuelo, la miró, y sin dejar de hacerlo clavó su espada en el abdomen del Rey en el Norte. Todo se detuvo. No escuchó nada más, sólo podía mirar fijamente esos ojos que la miraban con burla y un aire de Victoria. Robb cayó al suelo, y Tywin Lannister ordenó la retirada de su ejército.

Lena hizo correr al caballo aún más rápido. Cuando bajo de él, Jaime ya estaba ahí tratando de detener la sangre que parecía brotaba a montones.

— Robb...—pronunció tratando de permanecer tranquila. Pero era imposible, él no resistiría mucho, no con una herida así. La mano de Lena se cubrió de sangre— Resiste, ¿si? Todo va a estar bien.

— No. —negó débilmente tomando su mano— Yo sé que no será así.

— No, tú no puedes morir. Lo prometiste. No me dejes sola en este mundo. Tenemos muchas cosas por hacer, ¿recuerdas?

— Lo lamento amor mío, parece que no podré cumplir mi promesa.

Entonces estalló en lágrimas. Jon, Daenerys y Arya llegaron al lugar presenciando terrible escena sin saber qué hacer.
Robb tomó su mano con más fuerza, de sus ojos brotó una lágrima pero trataba de mantener su sonrisa.

— Diles... diles que siempre los ame. —dijo, con más dificultad que antes.

— No, por favor no me hagas esto mi amor. —suplicaba desesperada— ¡Alguien haga algo por favor! —les grito a los demás. Pero la conmoción les impedía moverse, y aunque intentaran hacer algo ya no serviría de nada— No cierres tus ojos, no lo hagas.

— Casarme contigo fue la mejor decisión que pude haber tomado. —continuó diciendo— Te amo, preciosa.

— Robb, por favor... —pero sus ojos se cerraron y ya no respondió. Jaime la tomó del hombro y negó con la cabeza— ¿Robb? No, no, no. Despierta, por favor mi amor.

— Lena...

— ¡No! ¡Robb!

Robb Stark siempre regresaba, pero esta vez no lo hizo....

🔸☀️🔸

Con pasos lentos, se acercó a donde yacía el cuerpo de su esposo. El funeral se llevaría a cabo en unos momentos, antes había casi exigido tener un momento a solas con él. Su elegante vestido negro ondeaba a cada paso suyo. Sus ojos estaban hinchados, su rostro casi pálido. No había dejado de llorar desde el momento en que Robb cerró sus ojos, Catelyn estaba de igual manera. Los hermanos Stark eran los que trataban de mantener l cordura y el orden de todo.

Lena se permitió acariciar sus manos y su rostro. Estaba tan frío.
Dejó escapar un sollozo al darse cuenta de que ese sería el último momento en que estaría con él; de que no volvería a escuchar su risa, ni vería sus ojos azules por la mañana. Ya no cabalgarían juntos, no volvería a besarlo ni a sentir sus brazos alrededor de ella. Se había marchado para siempre.

La silueta femenina entró a la sala donde se encontraba el difunto rey. Lena sólo la miró rápidamente, no quería dejar de mirarlo.

— ¿Podrías traerlo de vuelta? —preguntó con la voz apagada, como si ella fuera su última esperanza.

— No puedo... —respondió Melisandre.

— Lo hiciste con Jon, puedes hacerlo con él.

— Las cosas no funcionan así...

— ¿Entonces cómo? —exclamó— Mi esposo fue asesinado. Él no merecía esto. Lo has hecho antes, ¿Por qué no quieres ayudarme? —preguntó lo último con la voz rota y estallando nuevamente en llanto.

Melisandre la miró con pena, por más que quisiera ayudarla era más que claro que no podía.

— Éste era su destino, así estaba escrito para él. —justificó— No puedo cambiarlo.

— No, no, no es cierto. —negaba efusivamente— Eso no puede ser cierto.

Las lágrimas brotaron sin control alguno. Sus piernas se sintieron débiles y el aire comenzó a faltarle.

"La vida no es una canción, querida. Y estás a punto de descubrirlo"

2 | NUESTRA ES LA FURIA ♕ GOTDove le storie prendono vita. Scoprilo ora