2 | NUESTRA ES LA FURIA ♕ GOT

♔- ATAQUE A KING'S LANDING

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42 | ATAQUE A KING'S LANDING

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Cersei estaba histérica como era de esperarse. La muerte de su padre significaba una inminente victoria para Lena Baratheon, misma que se consolidaría una vez que tomara la ciudad. Pero no podía permitir eso, no la dejaría ganar. Si Lena ganaba todos morirían; ella, Tommen, Myrcella corría peligro estando en Dorne.

Cuando vio el cuerpo de su padre, lo único que pudo sentir fue ira. Tywin siempre fue un hombre fuerte y temido por todos los Siete Reinos, era el hombre más poderoso que hubiera conocido. Su furia sólo aumentó cuando leyó la nota que acompañaba el cadáver del león.

Ahora estamos a mano.

— Lena Baratheon.

Euron rió y comentó sobre el valor que tenía esa chiquilla para enviar algo así. Cersei no tuvo mucho tiempo para llorarle a su padre, lo único que pensaba era en poner sus manos alrededor del delgado cuello de esa bastarda hasta que el airé abandonara sus pulmones. Se acercaba cada vez más y debía estar lista para cuando eso sucediera.
La guerra de las reinas estaba próxima.

— Busca a Qyburn. —le ordenó al Greyjoy a su lado— Lo necesito ahora.

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En el campamento, los soldados celebraban la victoria con gran entusiasmo. Lena no podía quitarles eso, creía que era mejor que mantuvieran el espíritu y ánimo, en vez de sólo hacerlos pelear. Jaime no lucia tan feliz como era de esperarse; ganaron la batalla pero él perdió a su padre.

— Si quieres ir con ella, ahora es el momento. —le dijo la Baratheon mirándolo desde arriba.

Jaime alzó la mirada y negó con la cabeza invitándola a sentarse a su lado. Pasó su brazo a su alrededor y ella posó su cabeza sobre el hombro del rubio.

— Así es la guerra, pequeña. Quien no tenga estómago para eso, que mejor se vaya.

— ¿No me odias? Él era tu padre, por mi está muerto.

— Eras tú o él. —dijo, tomándola por sorpresa— Mi padre no se hubiera tentado el corazón si tú hubieses estado en su lugar. Con respecto a tu pregunta, no, no te odio. ¿Cómo podría odiar a mi pequeña?

Lena sonrió ampliamente, conmovida, y abrazó a su tío con más fuerza.
El pequeño hombrecillo se unió a ellos poco después, sosteniendo un tarro de cerveza en la mano. Se sentó a un lado de ella y suspiro.