2 | NUESTRA ES LA FURIA ♕ GOT

♔- CONFIDENTE INESPERADO

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40 | CONFIDENTE INESPERADO

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La toma de Casterly Rock no fue por bienes materiales, pues según Jaime, hace mucho que había dejado de ser lo que algún día fue. Pero si fue simbólica, y fue una gran derrota para el león mayor.
La situación no le favorecía en ningún aspecto; el hecho de que el hombre más temido de los Siete Reinos fuera burlado y derrotado por una jovencita inexperta en el campo de batalla, hizo que muchos de sus abanderados comenzaron a cuestionarse si escogieron al bando correcto y si deberían seguirlo aún.
Las piezas del tablero se movían a favor de Lena Baratheon, quien ahora marchaba hacía King's Landing con Daenerys Targaryen como aliada y un gran ejército a sus espaldas.

— Lena Baratheon tomó Casterly Rock. —dijo Tywin— Los Martell marchan con ella, el Norte marcha con ella. Casi tiene a los Siete Reinos en sus manos.

—  Aún están los Tyrell. —dijo Cersei— Olenna no permitirá que sus nietos se vean en peligro.

— Mace Tyrell se ha declarado en nuestro favor. Llegarán en unos días y nos ayudarán a deshacernos de esos invasores. —informó, con el aviso que llegó desde Highgarden— Aún así estamos en desventaja.

— Hallaremos una solución, como siempre lo hacemos. Euron es fiel a su reina, seguramente...

— ¿De verdad crees que una corona te da poder? —inquirió con voz dura— Los Greyjoy son tan traicioneros como una golfa, él sólo juega para el lado ganador y por si no lo has notado, estamos perdiendo. De todas formas, Margaery es la reina, lo ejerza o no.

— Hace mucho que dejó de serlo. —murmuró, más para si misma que para su padre.

— Estoy en este mundo para defender a mi familia, a la Casa Lannister. ¿Cómo se supone que haga eso cuando quien busca derrocarnos es nuestra propia sangre? —dijo, mirando la figura de madera del ciervo— ¿En qué nos equivocamos?

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El campamento sólo era alumbrado por la luz de la luna, o por las antorchas en su mayoría. Los soldados se reunían en pequeños grupos, junto a la fogata, amenizando el ambiente con canciones de guerra, de tierras lejanas y tiempos de paz. ¿Hace cuánto que esos días terminaron? ¿Hace cuánto que la paz abandonó sus hogares?
Quería mantenerse positiva, al igual que todos los hombres que la seguían a la guerra. Algunos no regresarían a casa, morirían en tierras extrañas, y aún así tenían el ánimo suficiente para cantar, reír y beber.

Todo a su alrededor seguía su curso, muchos incluso llegaban a olvidar que estaban en medio de una guerra. Vio a Arya beber junto a Tormund como si ahora fuera toda una experta, a Tyrion conversando con Podrick y Jorah, a Jaime y Brienne más cerca que otras veces, Missandei y Gusano Gris intercambiando caricias más discretas, e incluso se dio cuenta cuando Jon y Daenerys se escabulleron en silencio a su tienda. Todos seguían con su vida con normalidad, ¿por qué ella se sentía tan estancada?
Allister, Royce y Quentyn la invitaron a unirse, con unos tarros de cerveza en mano, a lo que ella se negó sin parecer grosera y caminó directo a su tienda.

— No deberías estar aquí, no es lugar para ti. —dijo el solitario hombre que siempre trataba de estar lo más lejos posible. Su voz era dura y áspera, a diferencia de muchos, que siempre la trataban con gentileza.

— ¿Lo crees? —le preguntó alzando una ceja.

— Eres una reina. —simplificó— Las reinas no están en los campamentos de guerra. Se quedan en sus castillos.

— No es mi primera vez en uno. —aclaró, y sólo obtuvo un gruñido como respuesta— Pero no lo negaré, quisiera no estar aquí.

Sandor la miró con curiosidad, dejó su espada a un lado que hasta ahora había estado limpiando con esmero.

— ¿Y qué diablos haces aquí?

Lena se sentó sobre el tronco que estaba a un lado de él, pues seguramente sería una charla muy larga.

— No puedo dejar que los demás peleen una guerra por mi, yo la empecé. —explicó, sin una pizca de duda en ella— ¿Te imaginas eso? ¿Un monarca que pelea sus propias batallas?

Clegane rió, para luego tomar su tarro y darle un buen sorbo a la cerveza.

— Muy pocos lo hacen. El último rey al que serví le aterraba estar en una guerra. Todos saben la mierda en la que terminó. —recordó sin sentir pena por el trágico final de Joffrey— Es curioso, nunca te vi como una asesina.

Lena sonrió, y al mismo tiempo se aterró al sentirse orgullosa por su acto, el cual llevó a cabo con la Reina de Espinas. Si cuando era niña, le hubiesen dicho en lo que se convertiría, difícilmente lo creería.

— La vida misma es la que te lleva por caminos inesperados, lo único que podemos hacer es adaptarnos a ellos.

Sandor entonces la miró con más atención, a detalle. Y notó ciertas cosas, detalles, que al menos para algunos eran imperceptibles, pero para él no. Seguramente los demás ya comenzaban a notarlo.

— Eres idéntica a tu padre. —dijo— Terca y testaruda, pero valiente. Pero ese brillo en tus ojos, ese aire arrogante que muestras a veces, ese es de tu madre. Si, Robert fue un gran guerrero, pero no un buen rey. Cersei Lannister, es un tema aparte. Y tienes más de ella de lo que quieres aceptar.

No era el primero en decírselo, Jaime y Tyrion supieron resaltar ese detalle con profundidad. A pesar de ser su rival, su principal enemiga, era capaz de reconocer las cualidades de la leona, le agradaba que, por lo menos, todo lo que heredó de ella le estuviera ayudando.

— Mi padre... —inició, con una espina de curiosidad. Casi no hablaba de él, a menos que fuera necesario, pero algo dentro de ella siempre quiso conocer al hombre del que tantos relatos habían creado— ¿Fue un buen hombre?

— Lo fue. —aseguró— Dejando de lado el alcohol y todas las putas que metía en su cama, lo fue a su modo. No le gustaba gobernar, pero mantuvo la paz mientras fue rey.

"Y una noche lo encontré bebiendo, solo, en su habitación. Llenaba su copa una y otra vez, por lo que su escudero tenía que estar llenando la jarra de nuevo. Mantenía la mirada abajo, pero supe que lloraba por las lágrimas que mojaban la madera. Y muy bajo, apenas audible para él, murmuró el nombre de una mujer. No fue el de Lyanna Stark. A pesar del efecto del alcohol y su tono bajo, aún podía entenderle. Cassana. Ese fue. Nunca supe por qué, o de quien se trataba, hasta que te conocí y supe que tu nombre de nacimiento fue ese..."

Era lo que a Sandor le hubiera gustado decir, pero no lo hizo. Quizá porque no lo consideraba apropiado en ese momento.

— Entonces si fue un buen rey. —concluyó Lena con una sonrisa que mostraba orgullo.

Arrebató el tarro de las manos de Clegane, le dio un sorbo sin pedir permiso y se lo regresó, para después caminar a donde se dirigía desde un principio; su tienda.