NUESTRA ES LA FURIA | Pesada es la corona y, sin embargo, ella la usa como si fuera una pluma. Hay fuerza en su corazón, determinación en sus ojos y la voluntad de sobrevivir reside en su alma.
Ella, eres tú
Una guerrera, una campeona, una luchadora...
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Los trabajos en Dragonstone habían dado inicio tan pronto como llegaron, no había tiempo que perder y cada segundo era valioso. Mientras más rápido regresarán a Winterfell, mejor.
Jon caminaba acompañado por Sir Davos a la derecha, y Gendry a la izquierda. El último, se había logrado unir a la compañía de los Stark que llevaría a cabo la tarea de extraer el vidriagón. Tardó varias horas en convencer a su hermana mayor, la cual alegaba que por su seguridad prefería que se quedara en Winterfell. "No es un niño", le había dicho Robb Stark para abogar por él.
— Hasta ahora todo va bien. —dijo Jon— Si todo sigue así, regresaremos antes de lo que creen.
— Por cierto, quería agradecerte por dejarme venir. —dijo Gendry— Sé que tuviste que hablar mucho con Lena por eso.
— Si, y ten cuidado. Si algo te pasa es capaz de matarme. —bromeó el pelinegro pero a la vez hablaba muy en serio.
— Espero que todo esté en orden. —comentó la Reina platinada uniéndose a la conversación.
Los tres hombres se giraron a ella. Gendry se sintió tenso, pues él era testigo de la complicada relación de la reina Targaryen con Lena y quería evitar problemas innecesarios, así que sólo se despidió cortésmente y regresó a su trabajo con los otros. Sir Davos pronto lo siguió.
— No les agradó, al parecer. —dijo, al verlos alejarse.
— Es un buen chico, pero algo reservado en ocasiones. Nada personal. —explicó Jon, para que no malinterpretara la situación.
— Lo entiendo, en especial cuando sé quién es su hermana. —respondió sería— Aún hay un asunto que debemos tratar, ¿me acompañas?
Fue cuando se dio cuenta que Daenerys era custodiada por dos enormes e imponentes Dothrakis, y esa altiva mirada no desaparecía ni un segundo. Si juntas todo eso, es imposible negarte.
Caminaron por la costa sin tener una dirección en específico, Jon sabía perfectamente el tema que Daenerys quería discutir, él solo se había en ese pozo y ahora debía saber cómo sobrevivir en el.
— Robb y Lena no aceptarán tus términos. —inició él, pues ella aún no decía nada— Los conozco, y a nuestra gente también. No se arrodillarán ante una Reina extranjera. No después de...
— Lena es una Baratheon, ¿no? —cuestionó, sin esperar una respuesta, claro— Y antes de saberlo era una Martell, vivió en Dorne. Eso si contar que la sangre de los Lannister corre por sus venas. Aún así todos la aman, ¿por qué conmigo sería diferente?
