24. Lo perdido

466 98 26
                                    

La casa de Namjoon es grande. Muy grande. Posiblemente la más voluminosa de toda la urbanización. Es sin dudas un lugar grande con serios problemas de Esnobismo más tiene su encanto. Posiblemente se sintiera más a gusto si no fuese porque lo ven terriblemente mal. Aquí si da la pinta de pueblo de videojuegos donde hay una maldición. Entra a la casa disculpándose en voz baja, discreto en lo que ve. Hay cuadros, jarrones y multitud de decoraciones más no una sobrecarga.

Para eso está el estudio de Namjoon.

— ¡Heeeey! No me dijeron que nos iban a visitar.

—Fue una idea espontánea. —confiesa Jungkook, coloca el casco en un cajón de un mueble.

—Vale... Un gusto, Kim Seok-Jin. Worldwilde Handsome y esposo de Namjoon.

—Un placer. Park Ji-Min.

Realmente es alguien muy bello, no lo extraña que Namjoon estuviera casado con él. Jin sonríe de forma encantadora y amable, invitándolo a pasar a la sala de la vivienda en tanto que Jungkook iba a la cocina. De algún modo, no lo sorprende la decoración elegante en la sala de estar. Es muy acorde a la vibra que transmite Jin.

—Eres cantante ¿No? Tu cara se me hace conocida... Lo único cierto es que no trabajas para Namjoon. Una lástima, te dejaría comer más.

—Engordaría...

— La vida es para comer, no para pasar hambre. Estás muy delgado, también estás ojeroso. Me sorprende que la compañía para la que trabajes permita algo así—Opina tomando de las galletas que puso Jungkook en la mesa de centro—. Además, con lo joven que eres te hará daño a largo plazo.

—Yo-

— ¿De dónde lo conoces? ¿Se mudó hace poco o algo? —pregunta con las mejillas llenas.

—Sí, es quien ocupa el departamento en Rose Palace. —Jin casi se ahoga ante esa respuesta y ve a Jimin con mala cara.

—En el contrato quedó muy claro que no se aceptan niños.

—Tiene veintiuno...

Y ahí va el quinto en decirle que parece un niño. Muchas gracias universo, que ni estando a medio morir de cansancio deja de tener cara de bebé.

—Ay, lo siento—Enrojece, apenado por la confusión—. El lado bueno, es que luces joven. —Ríe, Jimin sonríe torcido. Tomará eso como un cumplido. En eso surge la curiosidad:

— ¿Por qué no permiten niños? Jungkook me lo había dicho hace un tiempo, porque parece que para todos aquí tengo cara de niño pequeño ¿Hay problemas con el bosque? —Jin termina los que estaba comiendo y sacude las manos. Jungkook se muerde el labio inferior.

—Estaba pensando en que me ayudaras con algo, iré a prepararlo en mi cuarto, ya regreso. —Lo puede considerar como que está huyendo y no sería errado. Jin sacude la cabeza con gesto incómodo. Jimin tiene demasiadas ganas de saber, por lo que no retira su interrogante o se van con Jungkook.

—Es... Una precaución para los niños—Junta las manos—. Muchas parejas quieren vivir allí, pero las rechazo si tienen niños por seguridad.

— ¿Seguridad de qué?

—Yo viví ahí cuando era niño, la casa es una herencia familiar. En sí, no tiene nada de malo. La estructura es muy buena y se renueva cada cierto tiempo para mantenerla—explica con deje orgulloso—. Pero... Incluso desde antes de que yo naciera había un problema: Los niños desaparecen.

— ¿Desaparecen? —Esto parece clásico de película de terror, pero no puede desestimar lo incómodo que luce Jin.

Y con lo cansado que se siente, creería si le dice que hay un fantasma ahí.

—Sí. De la nada. Sin motivo. Mis padres no creían esa tontería así que nos mudamos allí. Tampoco tuvimos ningún problema por varios años y como vez sigo aquí—Ríe locuaz—. El tema es... —Su gesto tiembla, forzado a mantenerse allí—. También tenía una hermana. Éramos gemelos. La única diferencia que teníamos era un lunar, ella bajo el labio, yo aquí—señala bajo su parpado inferior—. Llegado cierto punto mi hermana empezó a hablar de un mundo distinto. Donde tenía algo llamado "Other Mom"

Other.

Jimin abre un poco más los ojos.

—Tenía ojos de botón y era buena en todo lo que mi madre no: Hablaba más bajo, le cumplía sus caprichos, cocinaba lo que quería. Hacia su vida un gran paraíso en comparación a lo que era tener diez años, asistir al colegio y demás. Sin mencionar que siempre hubo preferencia por mí. —explica arrugando la cara, como si pensara en el por qué de eso.

— ¿Y qué pasa con eso? —pregunta tamborileando los dedos en el sofá.

—Me ofreció ir con ella. No quise hacerlo y... Un día no volvió. Yo creí que era un sueño, que no tenía nada de malo, pero... No apareció. La buscamos por años. Fue como si la casa se la tragó—Contrae los labios, evidentemente afectado—. Nos mudamos porque yo no dejaba de escucharla llamándome, pero me llevaba siempre a la puerta pequeña de la sala de chimenea. Está con ladrillos desde siempre.

— ¿Ni siquiera ahora sabes de ella? —Pregunta. Jin niega con la cabeza.

—Ahora tengo veintiocho, fue hace dieciocho años. Somos... Éramos gemelos, podía sentirla, ya no. Se esfumó—Concluye con cierta frialdad—. Ni siquiera pude encontrar el collar que llevaba siempre. Para diferenciarnos, mis padres le dieron a ella pendientes y a mí un collar, pero los intercambiamos. Porque a ella le gustaba más el collar.

— ¿Cómo se llamaba?

—Sujin.

—Oh, con razón los confundían.

—Ellos no ayudaron mucho ¿verdad? —Ríe más animado.

—La verdad no—Se cubre la sonrisa—. Seguro que está en algún lado. Si lo encuentro lo traigo. Hay muchas cosas arrimadas a un rincón aún.

—Gracias... la verdad no espero nada al respecto. Es un tema que Namjoon me ayudó a superar. Lo saco a colación de nuevo y va a darme una cachetada con lo más contundente que encuentre. —Opina viendo al techo, pensativo al respecto.

—No creo. Namjoon no luce como alguien agresivo.

—Por supuesto que no, es involuntariamente agresivo. Ese jarrón de ahí se ha roto más veces de las que parpadeamos todos los que vivimos aquí. Es un milagro que lo veas entero.

—Me siento afortunado—Saca su celular y se estira. Jin apura el paso para meterse en la foto—. Uhh... Mi cuello...

— ¿Has estado bien allí? Nunca le ha pasado nada a algún adulto, así que deberías estar bien. —cuestiona preocupado del tema.

—Estoy bien, son solo... sueños. Tal vez duermo en una postura muy rara—El cuello le truena fatal—. ¿Por qué Jungkook vive con ustedes?

—Ah, eso. Está trabajando en la compañía de Namjoon y también querían sacarlo de la "depresión" por un ex novio. Así que me pidieron el favor de dejarlo vivir aquí.

—Ah, ya... ¿En que trabaja?

— ¡Jimin-ssi! ¡Ven aquí!

—Mejor ve a verlo tú mismo. Namjoon está allá, pero Jungkook casi siempre hace todo aquí.

Con curiosidad sube las escaleras, primero vio un cuarto con una computadora encendida y LOL en la pantalla. Posiblemente Jin estaba jugando y bajó al escucharlo. Pasa de largo un par de habitaciones con camas destendidas y finalmente llega a la que parece un pequeño estudio de grabación. Jungkook parece emocionado.

— ¡Tarán! —sonríe arrugando la nariz. Jimin toca uno de los micrófonos—. ¿Qué te parece?

—Es bonita. Me recuerda al estudio de Yoongi... Al cual se supone que no debo entrar porque no sé nada de producción o escritura—reflexiona—. ¿En qué puedo ayudar aquí...?

—Pensé que tal vez quisieras grabar un cover conmigo.

Jimin se muestra interesado ante la propuesta.

Doll Eyes || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora