10. La Capitana Marvel

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<<Lista para empezar mi largo camino rumbo a Tokio 2020. ¡¡¡Pronto nos veremos en Washington!!!>> son las palabras que acompañan al selfi que estaba por subir a mi Instagram. Una vez publicado, dediqué unos largos minutos en admirar mis hebras rubias, las cuales habían recobrado ese brillo platinado para enaltecer mi aura de diosa. Y en ello no logro encontrar motivo para que mi inesperada fisioterapeuta no me regalase ni una pizca de su simpatía. Mi hermosura jamás falla para contagiar alegría a quien sea. ¿O acaso se hará molestado por mis inocentes palabras? ¿Quién adivinaría que supiese inglés? Supongo que ella es parte del equipo médico de la selección de Inglaterra, además, eso explicaría esos modismos tan "formales" con los que se desenvuelve: "señorita Córdova". ¡Me desesperas! ¡¡Necesito explicaciones!! Cualquier persona en este mundo se moriría por compartir un ratito con una Influencer como yo. Y si quitase la extraña posibilidad de que no sepa de la fama mundial que me precede, ¿cómo entender que no le agrado ni un poquito? Chlöe Müller, no tienes ni la más mínima idea de la suerte que te ha tocado al ser mi fisio por casi un año.

- Espero que tu sonrisa se quede así cuando sepas que ya llegó tu mayor martirio -exclamó mi hermano al entrar a la habitación acompañado de su novia y de esa maldita silla de ruedas que me escarapela la espina dorsal con el solo verla de lejos.

- Eres el hermano más fastidioso del mundo, Martin Córdova -lo regañó la pelirroja antes de lanzarme una miradita de apoyo a la cuál correspondí con sinceridad.

- Y ustedes son la pareja dispareja: el rubio y la pelirroja. Pero de todas formas me alegran los aburridos días de hospitalización con sus tonterías de novios.

Solté de manera divertida antes de recibir sus abrazos. ¡Mierda! Este Bendito accidente terminó por cumplir la peor de mis profecías como pitonisa: ¡volverme amiga de mi futura cuñada y eterna rival! Ese robo de miradas, las risitas silenciosas y los gestos imperceptibles de sus cuerpos no significan más que ambos están enganchadísimos. Sin embargo, conozco lo suficiente a mi hermano para profetizar que se casará con Rebecca "la pelirroja" Zardes. Es la maldición -¿o bendición?- de la familia Córdova que se enamora una sola vez y para siempre. Mis abuelos estuvieron juntos hasta el final de sus días, primero se fue mi mamita Luisa, y antes de que se cumpliesen dos semanas también nos abandonaba nuestro papito Carlos. Ni qué decir sobre mis padres que a diferencia del 99.5% de uniones conyugales, jamás de los jamases los descubrí discutiendo por celos ni tonterías como esas. Ningún miembro de sus familias apostaba ni medio centavo por verlos juntos más que un año y ahora están casi por cumplir sus bodas de plata.

- Que Dios me libre cuando ustedes dos se queden a solas y confabulen en mi contra.

- Martin, ¿sabías que las brujas podemos comunicarnos por telepatía?

Añadí en un perfecto tono lúgubre que estalló en grandes carcajadas entre la pelirroja y yo debido a la atónita mirada de mi hermano. Creo que él nunca imaginó que yo podría llevarme tan bien con mi némesis, pero así de extraña e inesperada resultar ser la vida.

- Bueno, bueno... Mi broma salió al revés -derrotado suspiró, pero pronto se fundió con la pelirroja en esas muestras de afecto y mucha saliva que producen arcadas en mi estómago-. ¿Lista para irnos? En la recepción me informaron que el doctor ya firmó tu alta.

- ¡Eso ni se pregunta! Prefiero mil veces estar encerrada en un hotel de cuatro estrellas que en esta madriguera de ermitaño.

Con ayuda de ambos me acomodé en esa prisión con ruedas suspirando de alivio por abandonar mi eterna postura echada: ¡me sentía demasiado inútil! Está bien que ame dormir hasta tarde, pero me aburro muy rápido cuando no estoy dándole vueltas a los centros comerciales o bailando entre los brazos de una princesa un viernes por la noche.

No seré tu PrincesaWhere stories live. Discover now