22. Dulce Locura

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10 años antes...

Mi hermano tenía toda la razón: la vida escolar no es la misma cuando empiezas la etapa del high school. Las primeras horas de clase fueron sobre orientación académica y cómo sobrellevar este "radical" cambio en nuestros estudios y hábitos.

¡Más asignaturas! ¡Más responsabilidad! ¡Más estrés!

Cada cosa nueva que mencionaban las consejeras académicas me provocaba una dosis extra de preocupación en mi ya afligida mente. ¡Ni qué decir de mi corazón! El pobre está enrollado en sí mismo por el miedo de desaprobar uno o muchos de los inesperados y complicados cursos con enfoque universitario.. ¡Sí! Lo que más me atemoriza en estos momentos -y que me seguirá por los siguientes dos años- es aprender lo suficiente para ser aceptada en una buena universidad.

Mis ojos saltaban con curiosidad y esperanza hacia el resto de los alumnos mientras la presentación del ciclo escolar se desarrollaba. Más de uno de ellos mostraban la misma expresión de preocupación que la mía. ¡Son muchas cosas qué procesar el primer día! Es sofocante y casi siento que me ahogo en la infinidad de proyectos, exámenes y ese largo etcétera que mis oídos preferirían dejar de asimilar.

Sin embargo, siempre existen esos estudiantes a los que no les interesa en lo más mínimo su futuro y hacen cualquier cosa menos el prestar atención. Supongo que cualquier persona que no la conociese bien, creería que Jö Croft pertenece a ese "selecto grupo".

¡No! ¡Ella no es así!

Aunque en estos momentos todo lo superficial indica que su mente está en las estrellas debido a que sus ojos lucen aburridos, casi dormidos, su boca se tuerce en disgusto y su mejilla pareciese que se fundirá contra sus nudillos en cualquier instante por la pose en la que se encuentra. Jö está muy al tanto de las indicaciones sobre la elección recomendada de las asignaturas obligatorias y electivas. Ella es así. No le interesa que el resto se lleve malas primeras impresiones sobre su personalidad o apariencia. Razón por la cual sigue vistiéndose con sus viejos jeans al igual que sus Converse blancas llenas de hilachas por todas partes. Ama cerrarle la boca al mundo y demostrarles el verdadero valor que posee cuando nadie se lo espera.

Yo he tomado apuntes de cada palabra que las consejeras han dicho, pero Jö sigue imperturbable. De vez en cuando me lanza una miradita de desaprobación al ver que ya llené dos páginas y media de mi agenda mientras que ella ni siquiera se tomó la molestia de abrir su mochila desde el inicio de la charla.

Sin embargo, Jö siempre ha sido la mejor estudiante desde que nos conocimos de niñas. En los cierres del año escolar, siempre la señorita Croft ha sido premiada con el diploma de honor correspondiente a nuestro grado. Además de reconocimientos por ganar concursos de ciencias, matemáticas y deportes al representar a la escuela. Me atrevo a decir que todos los profesores ven en ella a una futura científica o una mujer de política que podría cambiar el mundo para bien con solo proponérselo. Mi amiga es brillante.

Jamás he sentido ni una pizca de envidia por sus logros. Al contrario, siempre he sido la primera en felicitarla de todo corazón cuando obtenía un nuevo premio o reconocimiento. Sus expresiones de felicidad me reconfortaban lo suficiente como para bloquear cualquier intento de celos envidiosos: compartir alegrías es lo más dulce e importante dentro de nuestra amistad.

- ¡Bendito sea el cielo! ¡Se acabó! -soltó a viva voz justo cuando todo el salón dejaba de aplaudir la presentación de las tutoras-.

- ¡Jö! Te escucharán... -susurré alarmada ante sus palabras, pero nada comparado cuando vi su exagerado bostezo parecido a un hipopótamo abriendo enormemente sus fauces.

No seré tu PrincesaWhere stories live. Discover now