"¡Vete al infierno!"
"De ahí vengo, ángel. Y, no hay forma de que me hagas volver"
Ambos estaban perdidos, en un lugar al cual no podían llamar hogar. Mientras que su mente lo único que lograba era confundirlos y no hacer nada fácil su estadía. Los...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Supermarket Flowers – Ed Sheeran
————— ✦ —————
No le gustaría usar la palabra perdido para describir su situación actual, ya que posiblemente eso causaría que algún otro ángel se riera de su torpeza si es que se enteraran de su situación. Pero, lo estaba, y bastante.
Después de aquella "platica" con el ángel caído estuvo quedándose en el pequeño apartamento que consiguió Ashton mientras estaba en su misión de cuidar al demonio que trabajaba en el club (suponía que el rizado uso sus poderes para conseguirlo, porque no lo vio ir a alguna parte donde se suponía que trabajaban los humanos para conseguir dinero).
Luego, de pensar mucho en cuál sería su siguiente movimiento, logró encontrar algo (con algo de ayuda de Ashton). Necesitaba atrapar al chico de cabellos negros en un lugar donde pudiera enfrentarlo. Fuera de su zona de confort, donde no tendría a donde escapar y tuviera que escucharlo.
Tenía que hacer entender a Michael que no habría forma de que se fuera de este lugar sin haber completado su tarea. Esta debía ser una clase de misión importante y especial. Tal vez, esa era la razón por la que nunca fue guardián. Puede que estuviera destinado para algo más. Salvar a un caído.
Esto tenía que ser algo parecido a una última prueba para poder ascender de categoría. Por fin, luego de todos estos años, los demás ángeles se darían cuanta que no era simplemente un torpe ángel, era el momento supieran lo mucho que esforzó hasta llegar ahí.
Pero, claro, primero tendría que lidiar con un muy arrogante y terco ángel caído.
Desde que comenzó la mañana estuvo siguiendo a Michael muy de cerca; desde que salió del gran edificio donde vivía, hasta a la tonta tienda de café a la fue por desayuno (pidió un vaso de aquella bebida por curiosidad, y cuando la probó supo que no se llevaba bien con esta). Lo siguiente fue igual de aburrido; tiendas de ropa y librerías de comics. Bueno, hasta que se perdió en una tienda de mascotas.
Observar de cerca a un ser que se suponía que debía estar podrido por dentro y corrompido por pecados acariciar pequeños felinos, no es algo que sueles esperar. Pero, le fue imposible resistir admirar lo adorable que se veía el ángel caído hablándole a los lindos animales en un tono infantil y juguetón. Sin tomar en cuenta que, de por sí, Michael era alguien digno que admirar.
Los ángeles siempre fueron seres bellos, que encajaban perfectamente con cualquier imagen idealista que un humano pudiera tener de ellos. Solo que, Michael la superaba por completo.
Michael fue el primer ángel que observó cuando llegó al cielo, haciendo que se quedara completamente perdido con su belleza en un instante. Tenía estos cabellos platinados, que parecían realmente suaves a la vista, que solo hacían a cualquiera querer pasar los dedos por ellos. Unos ojos verdes claros, brillantes y llamativos. Una pequeña nariz, la cual se arrugaba ligeramente cuando sonreía (como lo hizo hace unos minutos con aquel gato). Unos labios perfectamente moldeados; gruesos y esponjosos, con un color rojo vivo. Y, luego estaba su piel; pálida, que ayudaba a resaltar todas las anteriores características.
