"¡Vete al infierno!"
"De ahí vengo, ángel. Y, no hay forma de que me hagas volver"
Ambos estaban perdidos, en un lugar al cual no podían llamar hogar. Mientras que su mente lo único que lograba era confundirlos y no hacer nada fácil su estadía. Los...
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Only the Brave – Louis Tomlinson
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—¿Calum está bien? —preguntó, mientras sus pies intentaban seguirle el paso a la figura en su delante, quien comenzó a caminar demasiado rápido. Su voz hizo que los pasos de esta se detuvieran —. ¿Michael?
—¿Por qué lo preguntas? —el pelinegro lo miró, algo desconfiado. Su voz parecía amenazante, pero no podía tomársela enserio si su cabello se encontraba despeinado y sus mejillas rosadas por tanto caminar.
—Ashton olía a quemado cuando llegó al apartamento —la expresión en el rostro del ser lo hizo saber que algo andaba mal, pero tampoco estaba del todo seguro que él supiera que era todo lo que había pasado.
—Tal vez, ayer en la noche hable un poco de más y dije cosas que no debía decir —levantó una ceja con confusión. Debía recordar no confiar en Michael cuando estuviera ebrio. O, tal vez, no confiar en él y ya —. Como sea, Calum me perdonó, pero no creo que tu amigo se haya tomado la información demasiado bien —el ángel caído se encogió de hombros y continúo su caminata. ¿Solo eso? ¿Lo iba a dejar con la curiosidad? — Si tanto quieres saber, puedes preguntarle a él una vez consigamos la información que buscamos.
—Pero-
—No seas entrometido, ángel —el dedo índice de Michael se posó sobre sus labios antes que pudiera decir alguna palabra más. Frunció el ceño y lo apartó —. Concéntrate en la misión. O, más bien, mantente atento, y no te metas en problemas esta vez. No sé cómo acepte traerte conmigo, de nuevo.
Siéndose sincero, tampoco comprendía como era que el ángel caído aceptó que viniera con él. Últimamente, ambos habían estado algo alejados el uno del otro.
Sus noches se basaban en esperar a Michael en la gigante cama que tenía en el último piso de su edificio. Él buscaba su cuerpo por si solo entre sueños, aunque se acostara cada noche lo más alejado posible de su lado. Al despertar, se separaba de su cuerpo y actuaba como si nada hubiera pasado. Esa era su señal para irse.
Mentiría si decía que tono esto no le afectaba. Que aquel tacto no lo hacía sentir algo raro en su interior, como añoranza, como si... lo necesitara. Como si dijera que su corazón no más latía rápido cada vez que estaba cerca del ser. O, decir que no extrañaba para nada los rojos labios sobre los suyos.
Pero, Michael solo se alejaba cada día más y no había nada que pudiera hacer para cambiarlo, solo fingir que nada de eso le afectaba y seguir haciendo su trabajo.
A veces, pensaba que el ángel caído podía sentirlo también. Que su corazón latía rápido y el familiar sentimiento se apoderaba de él, pero eso solo era una forma para hacerse sentir mejor. Michael seguía siendo el mismo, con esa actitud inmadura e irresponsable. Quien besaba a una nueva chica cada noche, frente a sus ojos, sin importarle que su corazón se estuviera rompiendo poco a poco.
