"¡Vete al infierno!"
"De ahí vengo, ángel. Y, no hay forma de que me hagas volver"
Ambos estaban perdidos, en un lugar al cual no podían llamar hogar. Mientras que su mente lo único que lograba era confundirlos y no hacer nada fácil su estadía. Los...
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Angel By The Wings – Sia
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Era cálido. Todo su cuerpo era rodeado por esta calidez por primera vez.
El siempre fue alguien frío. Su temperatura era demasiado baja desde que salió del infierno. Todavía recuerda las veces que Calum tuvo que utilizar sus poderes en sí para poder hacerlo entrar en calor. Pero, esta calidez era diferente. No era por el fuego. Era la sensación de estar piel contra piel.
Fue en ese momento que los recuerdos de la noche pasada vinieron a su mente. Todo cayó como un balde agua. Sus ojos fueron hacia el dueño de los brazos que lo rodeaban, y no le daban alguna oportunidad de salir de aquel agarre. Una mata de rulos dorados, con una expresión relajada en el rostro. Se vía tan pacifico.
¿Cómo pudo haber destruido aquella paz? ¿Cómo pudo ser capaz de acabar con la poca fe que le quedaba? ¿Cómo pudo ser tan egoísta?
Estaba dejando que aquellos recuerdos lo llevaran a tomar decisiones de las cuales no podía arrepentirse. Porque, no quería hacerlo. No había forma de que pudiera arrepentirse de lo que pasó la noche anterior.
Se sintió bien.
Por primera vez en años algo se sentía completamente bien. Alguien lo hizo sentir bien, como nunca nadie pudo hacerlo. El único ser en el universo que podía ofrecerle aquel calor que estuvo buscando todo este tiempo. El mismo que se prometió a sí mismo mantener su distancia.
Le gustaría que esto hubiera sido fácil. Que sus recuerdos no siguieran atormentándolo, y esta fuera otra vida. Una tercera oportunidad, donde no hubiera un pasado, solo fueran ambos, juntos . De nuevo.
Esta vez haría las cosas bien, y se aseguraría que nadie ni nada se interpusiera entre ellos. Que aquellas voces no lo hicieran tener miedo. Y, que aquel frío no estuviera dentro suyo.
Pero, esto no era aquella vida nueva con la que estuvo fantaseando. Esta era la vida a la que pertenecía, una donde no podía cometer los mismos errores. Una en la que tenía que asegurarse de no hacer caer a alguien otra vez por su culpa.
Porque, Luke cayó, pero no exactamente siendo un ángel.
El cuerpo de su lado comenzó a removerse, y un pequeño bostezo salió de los rosados labios. La mata de rulos se desordeno aun más, cuando el dueño de esta refregó su rostro en la almohada, para que al final los ojos azules pudieran ser vistos.
Sonrió ante la imagen. Adorable.
—Bueno, ahora que has despertado, creo que ya puedes soltarme —sus palabras hicieron que el rubio, llevara rápidamente su mirada hacia él. Le tomo un tiempo a este reaccionar, para que luego soltara. Posiblemente, para él también haya igual de confuso todo en un comienzo —. No te preocupes, ángel. Me encargare de prepararnos una gran taza de café para ambos, y que luego todo vuelva a la normalidad. Podremos seguir con la tonta búsqueda de tu collar, como si nada hubiera pasado.
