XVII

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Heaven – Julia Michaels

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Heaven – Julia Michaels

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Su cuerpo quemaba, y las frías manos que lo recorrían ayudaban a que todo estuviera en una perfecta nivelación.

Los gruesos labios se movían de forma desesperada, y tuvo que luchas demasiado para lograr seguirles el ritmo; pero, por alguna razón supo que hacer. Era como si su cuerpo supiera cómo reaccionar ante ese tacto y aquellos labios, aunque no hubiera besado a nadie nunca. O, al menos, en esta vida.

Pero, eso no era en lo que estuviera pensando en este momento. Lo único que parecía importar eran los centímetros que separaban su cuerpo con el del ángel caído, por lo que lo mejor que se le pudo ocurrir fue atraerlo de las caderas, hasta que este quedara posicionado sobre su regazo. Mejor, mucho mejor.

Ahora, ambos pechos chocaban, mientras que las manos del ser eran enterradas entre sus rizos, dándoles ligeros jalones, ocasionando que sonidos que no sabía que era capaz de producir se escaparan de sus labios, para perderse en otra boca. No tenía idea de que más hacer; sus manos seguían en las caderas del pelinegro y sus labios se movían por pura inercia. O, bueno, eso fue hasta que unas frías manos se metieron bajo su camiseta, haciendo que un jadeo de sorpresa escapara de sus labios, el cual acabó con el beso.

—¿T-Todo bien? —preguntó el ser. Aún había lágrimas secas en sus mejillas y sus ojos tenían este ligero color rojizo alrededor, pero sus pupilas ahora estaban dilatas. Su mirada ya no era la misma; había lujuria en ella. La conocía a la perfección.

—Y-Yo- No sé qué-... ¿Q-Qué quieres que-...? —balbuceó, sintiendo como sus mejillas se calentaban (de igual forma, sabía que no podían llegar a ponerse peor que las de Michael). El ángel caído sonrió, pero no en forma de burla; era dulce, la primera sonrisa de esa clase que veía en su rostro.

—Déjame guiarte, ¿está bien? —asintió. Las manos de Michael abandonaron su cuerpo, para pasar a sostener las suyas. Llevó una hasta la parte trasera de su propio cuello, dejándola descansar en su noca, pero la otra fue en dirección a su entrepierna. Un jadeó fue soltado cuando la mano empujó contra la suya en la zona, haciendo presión. Jamás creyó que un sonido lo haría poner los pelos de punto, hasta ese instante —. C-Creo que entiendes —una pequeña risa salió de los rosados labios, ayudándolo a sentirse más relajado.

—¿P-Podemos seguir? —preguntó, extrañando el sentimiento de los suaves labios sobre los suyos.

—Si insistes —el ser volvió a acercarse, lo suficiente como para que ambos labios se rozasen, pero no se terminaran de junto. Soltó un quejido ante ello, que hizo que este llevase las manos hacia el borde de su camiseta —. Primero, quiero saber si puedo deshacerme de esto. ¿Puedo, ángel? —los labios fueron a su cuello, pasando a dejar mojados besos por todo el largo. No tardó en asentir rápidamente.

Heaven Is a Place On Earth ✦ mukeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt