"¡Vete al infierno!"
"De ahí vengo, ángel. Y, no hay forma de que me hagas volver"
Ambos estaban perdidos, en un lugar al cual no podían llamar hogar. Mientras que su mente lo único que lograba era confundirlos y no hacer nada fácil su estadía. Los...
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Flames – ZAYN
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—Estas bromeando, ¿verdad? —soltó una risa, algo nerviosa. No había forma que las palabras que escuchó fueran reales.
—Lo digo enserio —los ojos de su delante lo miraban de manera seria, no había ni un solo rastro de duda en ella. Frunció el ceño ligeramente, sin poder creer que le haya pedido aquello.
—No lo haré —retrocedió unos cuantos pasos, alejándose del objeto que fue extendido en su dirección. Con solo un descuido destruirse. Podría destruirlo.
—Calum...
—¡No quemaré tu collar, Ashton! ¡No lo haré!
De nuevo, ese sentimiento de furia que solo lo llevaba al descontrol, de unos poderes que tanto quiso en algún tiempo. Sus ojos se volvían más oscuros que de costumbre, sus brazos se llenaban de estas oscuras raíces y de sus manos brotaba humo.
Debía controlarse. Un simple error. Una simple llama. Eso bastaba para que un gran error fuese cometido.
Todo estuvo bien, tal vez, demasiado bien, hasta hace un momento.
Estuvo calmado, y puede que por primera vez sintiendo una clase de control sobre sí mismo. Pero, ese ángel vino para interrumpir aquel sentimiento de tranquilidad y paz, como lo hizo desde un comienzo. Con solo quitarse el collar de su cuello y extenderlo en su delante, mientras pedía que fuese destruido, sintió esa pequeña chispa encenderse dentro suyo. No estaba bien.
Él no podía hacerlo. No podía, así, sin más, estar dispuesto a quedarse en este lugar por... por un demonio.
¿Cómo es que podría lidiar con eso? No sería el culpable de la caída de un ángel. Se negaba a ser la causa de que uno tuviera que seguir a su lado hasta que sus días acabaran. ¿Cómo podría dejarlo con ese sufrimiento?
Era un demonio, o es lo que creía, pero uno que no quería ver sufrir a un ángel. No uno por el que sentía algo más.
—Está bien —la voz del ángel era calmada. Sus pasos iban en su dirección, mientras su cuerpo seguía alejándose. No podía arriesgarse —. Calum, por favor, solo-
—Aléjate —murmuró, sintiendo como el calor volvía a invadirlo. Su espalda chocó con la pared de licores del pequeño bar, en el momento que de sus brazos comenzaban a brotar pequeñas llamas de fuego. El ser seguía acercándose —. No estoy bromeando, Ashton.
—Yo tampoco —el collar volvió a rodear el cuello del ángel, haciéndolo sentir ligeramente más calmado, pero este seguía acercándose. Su mano fue extendió, queriendo alcanzarlo. Quería tocarlo.
