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-¡Ya, está bien! ¡Te escucho, pero suéltame de una vez! –Gritó Alex, luego de un rato intentando que Frank lo liberara.

Frank soltó el brazo de Alex y levantó un poco sus manos, mostrándole las palmas al menor. Ambos quedaron en silencio, con la respiración levemente agitada. Alex esperaba no tener que pasar por aquello que tanto había estado evitando, ahora ambos se estaban mirando fijamente a los ojos, casi ensoñados.

-Frank, mi taxi viene en camino, si tienes algo que decir será mejor que lo digas ahora, de lo contrario, puedes... -Fue interrumpido.

-Te amo... -Dijo simplemente.

-Eso no es un secreto para ninguno –Dijo apartando la vista, con el ceño fruncido.

-Por supuesto que no... pero quiero que todo el mundo lo sepa, que se enteren de lo mucho que te amo.

-No sabes lo que dices, tú tienes mucho que planear –Alex comenzó a caminar hacia la puerta, abriéndola y apuntando hacia afuera-, así que por favor, deja de perder tu tiempo conmigo.

-Alex... -Nombró, riendo un poco y cerrando la puerta- Tienes razón, tengo mucho que planear.

Alex no lo había notado pero Frank había sacado el anillo dorado de su bolcillo. Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Frank tomó su mano izquierda y le puso aquella argolla en su dedo anular sin previo aviso.

-¡Frank...! –Balbuceó- ¿Qué estás haciendo?

-Tú Alejando... -Lo miró a los ojos con una sonrisa, sin soltar su mano- te vas a casar conmigo, yo voy a ser tu marido y no hay nada que puedas hacer para negar tu destino.

-No... No, no, no –Comenzó a decir reiteradamente-, Frank no sabes lo que haces, estás loco.

-De nuevo tienes razón, mi pequeño... estoy loco, pero estoy muy seguro de lo que hago, quiero pasar el resto de mis días contigo y no me vas a hacer cambiar de opinión... al fin estoy siendo la persona que mereces Alex.

Ambos escucharon un claxon sonar afuera de la casa, era el taxi de Alex, quien tenía los ojos levemente cristalizados, pero ambos hombres seguían mirándose fijamente a los ojos.

-Frank... debo irme... -Susurró, bajando la cabeza. Frank no permitió eso, tomó la perilla del menor y lo hizo volver a cruzar miradas.

Ambos estaban muy cerca uno del otro, podía escuchar claramente al chofer impaciente haciendo sonar la bocina afuera tal vez cada cinco segundos, pero ellos simplemente lo ignoraban.

-Alex, no puedes marcharte así porque no podrás olvidarte de mí, soy el amor de tu vida, estamos destinados... estamos unidos y vayas donde vayas esta unión no la vas a romper, eres mi otra mitad, eres mi final del hilo, eres mi pequeño desconocido de internet... y ¿Sabes...? Quiero que estés a mi lado siempre.


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Estamos unidos (Staxxby) | Segunda temporada de Me gustaría conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora