Cap. 63

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/Narradora/

Kasandra estaba sentada con Jazba en un sillón de su sala de estar con la mirada atenta de su suegro, quien estaba sentado frente a ellos con cara de pocos amigos.

-¡Tinki!- exclamó Kasandra con un "plop" apareció una elfina con un uniforme de color negro, la cara de Tobias era de verdadero terror, la castaña internamente se sintió satisfecha con el hecho de que el hombre estuviera asustado, es más, si tenía algo de suerte podría morir del susto y dejarla en paz de una jodida vez por todas.
-¿desea algo ama? - pregunto servicial y feliz la elfina de ojos saltones.
-si cariño ¿me podrías traer una hamburguesa con tocino, aros de cebolla, queso, BBQ y un poco de Ranch, junto con unas patatas fritas y una malteada de frutos rojos por favor? - pregunto ella haciéndosele agua la boca solo de imaginarlo.
-si ama ¿los demás amos desean algo?- pregunto la criatura de orejas grandes viendo a los demás.
-yo solo un vaso con jugo del que sea - soltó amable el castaño- ¿usted tiene hambre señor Snape? - el hombre, el hombre solo soltó un gruñido- al parecer será todo Tinki - la elfina asintió y desapareció.

Por su lado Severus y Dimitrius se encontraban en el callejón Diagon buscando un par de cosas, después de el chico le contará a su padre el plan que tenía y la misión que le había encomendado Lord Voldemort.

-Dimitrius, no te puedes meter en esto, eres prácticamente un niño jugando a juegos de adultos- repetía Severus a su hijo.
-eso lo se papá, soy muy consciente de eso, pero por alguna extraña razón tengo la certeza de que quien-tu-sabes no me hará daño, tengo la ligera sospecha de que necesita de mi para completar algo, pero aun no se que es- decía el chico tratando de entender mientras miraba un par de prendas.
-exactamente por eso es por lo que te tienes que mantener alejado- decía el padre a punto de perder el juicio, el chico miró a su padre y puso una mano en su hombro.
-papá, no me va a pasar nada, tendré cuidado, pero necesitaré tu ayuda- el pelinegro de cabello largo se limito a estrecharlo en un abrazo.
-solo limitate a hacer lo estrictamente necesario - hablo por lo bajo al ojiazul.
-lo juro- se separaron- ahora ¿me ayudas a escoger un regalo para Hermione? - Severus alzó una ceja.
-¿en serio? ¿La insufrible sabelotodo me tendrá que decir suegro? - pregunto, no le agradaba para nada la idea.
-Probablemente por un tiempo, tengo prohibido acercarme de esa manera a Elizabeth- dijo cogiendo un par de suéteres- ¿rojo o verde?.
-es Gryffindor, Rojo- dijo Severus y algo llegó a su mente- ¿que tu no eras Gay? - pregunto extrañado por la información del plan de lord voldemort, aunque prefería mil veces a Granger para nuera que a Ron Weasley, su hijo lo miró extremadamente rojo.
-ammm, no, soy bisexual- Severus alzó una ceja, no entendía mucho esos términos,el chico entendió- baile pa' los nenes, baile pa' las nenas--Severus asintió, la respuesta era simple pero clara.
- ¿Qué pasó con Draco? - el siempre supo que ese par tenían algo, su hijo lo volvió a mirar sorprendido.
-¿tu sabias? - pregunto atónito.
- siempre lo supimos tu madre y yo ¿qué pasó? - insisto el padre, Dimitrius se rasco la nuca.
-lo corte, necesito protegerlo por que lo quiero y mientras menos sepa de lo que voy a hacer mejor, por el momento me odia y no se hasta cuando lo va a hacer, pero por el momento es lo mejor- explico melancólico el chico.
-veras que todo irá para mejor.

Después de un par de horas más comprando se hizo de noche y ellos volvieron a casa por la chimenea del caldero chorreante, el primero en llegar a la sala de la mansión, al llegar y salir de la chimenea miró a su madre comiendo y a él tío Jazba a su lado, pero se sintió observado y volteo para encontrarse con un hombre con algo de parecido a su padre, solo que más descuidado y pandroso, el chico alzó una ceja.

-¿Severus? - pregunto el hombre con la cara iluminada, el chico miró a su madre quien tenía el ceño fruncido.
-Severus Jr, si- dijo el chico pelinegro extrañado, el hombre estaba por hablar cuando unas llamas verdes se formaron en la chimenea dejando ver después a una figura negra de rostro serio, Severus salió de la chimenea y lo primero que miró fue a su esposa quien al verlo le sonrió, a su lado se encontraba Jazba, camino a su mujer y le planto un beso en los labios, después saludo a Jazba de la mano, después escucho una voz detrás de él, una voz que aborrecía con toda su alma, una voz que le grito "fenómeno" toda su infancia, una voz que lo atormentó toda su vida, que lo acomplejo, que lo sobajo, la voz del hombre que le había arrebatado la vida a su madre.
-¿Severus? - pregunto el hombre sorprendido al ver lo mucho que había cambiado el hombre, el pelinegro por su lado sacó su varita y la empuño con odio y rencor, Jazba estaba por pararse para impedir que el hombre hiciera una locura, pero una mano en su pecho, volteo a ver a Kasandra quien lo detenía.
-déjalo - susurro la mujer--Dimitrius mi amor, sube a tu habitación, yo en un rato subo a ver que tal te fue- el chico asintió y camino escaleras arriba, en ese momento Severus volteo de manera brusca con varita en mano.
-¡¿Qué haces aquí?! - pregunto más que enojado Severus, Tobias tembló ante la voz grabe de su hijo y se puso de pie.
- Severus y-yo... - el hombre no terminó de hablar pues se vio interrumpido por el pelinegro.
- pasa usted soy "Señor" no tiene el derecho de hablarme por mi nombre- soltó el pelinegro sin bajar la varita- ¿Qué quieres de mi? ¿Matarme como lo hiciste con mi madre? ¿Matar a mi familia por ser "monstruos"? Tobias, me detenía por mi edad, pero eso ya no me impide matarte, lo único que lo hace es que no te daré el placer de volverme a destruir la vida.
- Severus todo tiene una explicación, y-yo estaba ebrio, no sabía lo que hacía, me dejé llevar, algo no me dejaba controlarme, cuando me di cuenta tenía las manos llenas de sangre y lo único que hice fue huir como un cobarde, no vengo a destruir tu vida, vengo a pedirte perdón por todo lo que hice- decía el hombre desesperado haciendo enojar cada vez más a Severus.
-yo te vi ese día, yo miré como la golpeabas, la escuché rogarte que la dejaras, vi como sus ojos se apagaron y daba su último aliento- los ojos de Severus comenzaban a tornarse más oscuros de lo común y un brillo siniestro estaba en estos- no me vengas a decir que lo sientes- bajo su varita, el hombre parecía volver a respirar con normalidad hasta que sintió un golpe en su cara, Kasandra se paro como resorte de sillón y se puso delante de Severus.
-Severus, Severus mírame- decía tratando de agarrar su cara, pero el parecía no escucharla- Severus tu no eres esto, tu no eres un asesino- la respiración del pelinegro al mirarla comenzaba a normalizarse- tu corazón es bueno, mírame- lo agarro de la nuca e hizo que la mirara a los ojos- el pudo hacerte mucho daño, pero ya no más, estoy yo, tu hijo, los dos más que vienen en camino, Lucius, Cissy, Draco, todos somos tu familia, el dolor del pasado ya fue ¿entiendes? Ya fue- a Severus escuchar eso le removió algo y su semblante se relajó.
-vete Tobias- fue lo único que dijo y el hombre salió temblando de aquella mansión, Kasandra sabía lo que venía y al parecer Jazba también puesto que se despidió con la mirada y desapareció, fue entonces cuando Severus se dejó caer de rodillas en el piso y no pudo contener un par de lágrimas al recordar el daño que ese hombre había causado, las marcas y cicatrices, su esposa se sentó como pudo a su lado y lo abrazo, este se dejó querer por ella pues era la única capaz de relajarlo, ella acariciaba su cabello dando leves masajes y el se abrazaba a ella con la cabeza apoyada en su vientre.

-Déjame tomarte de la mano déjame mirarte a los ojos- comenzó a cantar la mujer para tranquilizar a su esposo- Déjame, a través de mi mirada darte todo mi esplendor déjame quedarme aquí- el volteo a verla pensando ¿Qué había hecho el para merecer a una mujer como la que tenía por esposa?- déjame besarte ahí donde guardas tus secretos los más obscuros y los más bellos- ella acaricio su mejilla sin dejar de cantarle, la mirada de ella decía tanto a la vez, le daba calidez, amor, le hacía sentirse seguro y pleno- te regalo mis piernas recuesta tu cabeza en ellas, te regalo mis fuerzas úsalas cada que no tengas- junto su frente con la de el haciendolo cerrar los ojos y dejarse llevar por la melodiosa voz de aquella mujer por el momento castaña- te regalo las piezas que a mi alma conforman que nunca nada te haga falta a ti te voy a amar hasta morir, te voy a amar hasta morir- el canto cesó, el abrió los ojos y se encontró con su mujer sonriendole.
-te amo Kasandra - fue lo único que pudo salir de la boca del peligro para después pararse y ayudar a su esposa a hacer lo mismo, una vez de pie ahora fue el quien la tomó de la cara con delicadeza, mirándola como si fuera la cosa más hermosa y maravillosa del mundo- y te amaré toda la vida- soltó y después de eso unió sus labios en un beso cálido, un beso igual que el que se habían dado después de decir "acepto" en el altar.

La Copa De La Vida  [Severus Snape]Where stories live. Discover now