Esposa del CEO

Capítulo seis

¿Por qué de nuevo?

Todo su mundo parecía dar vueltas, de nuevo unas sábanas que no conocía de nada se deslizaron por su cuerpo en el momento en que se sentó, cuando miró a los alrededores pudo percatarse de que no estaba en su casa, tampoco en la casa de un conocido cercano, probablemente ni siquiera estaba cerca de su vecindario siquiera.

Al arrastrar su paso hasta la sala se percató de que estaba haciendo un muy mal tercio entre Erick y una mujer que no conocía para nada, ellos dos se lanzaban miradas de perros rabiosos luego de que osadamente ella alzara su mano y la estampara contra la mejilla de él quien ni se inmutó, tampoco reflejó dolor. Anastasia pudo imaginar el ardor que debió sentir con el simple hecho de escuchar el sonido que hizo el golpe.

Pero, antes de continuar con la dramática escena será mejor contar lo que ocurrió desde el principio.

* * *

La mañana siguiente su trabajo comenzó como siempre, ella llegando temprano, revisando la agenda y cuidándose de no convertirse en el nuevo centro de rumores gracias a las atenciones que de repente Erick estaba ofreciéndole.

Lo normal de un martes por la mañana.

Aunque sus ánimos no estaban completamente arriba necesitaba trabajar para sobrevivir, eso fue lo que le prometió a su madre el día antes de que ella falleciera. Anastasia era su hija única, y aunque no le gustara vivir bajo el techo de una familia adoptiva completamente sola era mucho mejor que pagar un alquiler con un sueldo completamente miserable y pagar también para finalizar sus propios estudios.

Las cosas se habían vuelto incómodas de la noche a la mañana, cuando su jefe comenzó a darle innecesaria atención sin que ella entendiera el por qué, ahora en lugar de enviarla a su tienda por el café encomendaba la labor a otra persona, siempre la mantenía cerca, como si temiera que escapara en algún momento, sin dejarla en paz ni siquiera a la hora de comer, llegando al extremo de asignarle un área de comida dentro de su inmensa oficina donde la tenía completamente vigilada.

— ¿Ya está listo el personal? — Mientras se comía un sándwich desde la incómoda banca en el rincón pudo escuchar parte de la conversación entre Erick y un subordinado. — Los necesito a todos reunidos cuanto antes.

Aquella fría mirada pareció posarse en Anastasia de forma repentina, ella tímidamente regresó la mirada al suelo y siguió comiendo. Por un momento olvidó que el contrato de su jefe, donde recibía absolutamente todos los derechos de la empresa se formalizó luego de una gran disputa con el anterior dueño, quien quería tener un ojo sobre su compañía de alguna manera. Ahora que era el dueño legítimo e indiscutible citó a todos los trabajadores habidos y por haber en una sala de reuniones, la cual era lo suficientemente grande.

Todos ahí estaban reunidos, viendo al CEO con una expresión de terror bastante obvia. Incluso Anastasia estaba entre la multitud, a primera fila para ser precisa. Ni siquiera ella sabía de qué se trataba la junta repentina.

— Como ya saben ahora esta empresa y todo lo que hay en ella es mío indiscutiblemente, odio perder tiempo así que no esperen juntas como estas de nuevo, la próxima vez no seré tan indulgente.

Desde su bien peinada cabeza hasta sus elegantes zapatos negros, todo en él daba una intimidante aura de superioridad. La manera elocuente en la que hablaba con su curioso acento llamó la atención de todos.

— Según mis registros esta empresa, valorada como si fuera la mejor del país... Está al borde de caer en bancarrota. — Era capaz de escuchar los murmullos en el auditorio al mencionar aquello. — Al parecer algunos graciosos han estado desviando fondos monetarios de manera ilegal a cuentas bancarias personales y esa altísima cantidad de equipos robados solo eran una excusa para distribuirlos hacia donde se les daba la gana, vendiéndoles prototipos a la competencia como unas malditas ratas de alcantarilla. Además, cambian el nombre de la empresa cada tanto tiempo para hacer parecer que son cosas distintas, declararlas en quiebra y generar más dinero ¿No? No sé cómo esta idea tan estúpida les ha estado funcionando por tantos años.