Capítulo treinta y cuatro

15.3K 916 40
                                    

— Un objeto ha sido escondido en alguna parte del lugar. — Comenzó a explicar Erick sobre el escenario — Las Reglas son sencillas, en la mesa de cada equipo se ha escondido la primera pista con la que podrán empezar la búsqueda, todas son diferentes así que ni siquiera piensen en copiar a su contrario, cada pista les llevará a un lugar en específico y al final los guiará al tesoro. Por supuesto, el primer equipo en llegar será el ganador de la ronda, la cual equivale al doble de puntaje que las anteriores, así que si necesitan puntos para ascender al primer lugar esta es su última oportunidad de ganar.

Se empezaron a escuchar murmullos de fondo, Erick sonrió luego.

— Entonces ¡A empezar!

Anastasia miró hacia todos lados, indecisa. No había pistas pegadas bajo la mesa, tampoco estaban debajo del servilletero o de los platos donde les sirvieron algo de comer antes de empezar con la última ronda de la noche.

— ¿Ya revisaste bajo el florero? — Propuso Andrés tras señalarlo.

— Aún no... — Anastasia dejó de mirar debajo del mantel en la mesa para levantar el florero. — Pero mira qué tenemos aquí... Es nuestro boleto ganador.

— Eso si conseguimos descifrar todas las pistas. — Contestó Andrés. — En los concursos anteriores hemos sido tercer y cuarto lugar, por lo que necesitaríamos ser el primer lugar en este para poder aspirar a los primeros puestos.

— A veces se me olvida que eres un niño. — Andrés rió. — Bien, entonces leamos lo que nos dice la pista... ''Soy bonito por delante, feo por detrás, me transformo a cada instante ya que imito a los demás ¿Lo tienes ya?'' — Terminó de leer la nota, mirando como ya otros equipos empezaban a correr. — ¿Qué puede ser? ¡Este juego está trucado! Pero Erick me va a escuchar si llegamos a perd...

— ¡Un espejo! — Gritó Andrés, tirando a Anastasia de la muñeca antes de que ella fuera a decirles sus verdades a su marido. — Se transforma a cada instante e imita a los demás porque refleja lo que se le cruza en frente ¡Es un espejo!

Anastasia regresó a su asiento. — ¡Eres un genio! — Exclamó con emoción. — ¡Hay que ir!

— ¡No podemos! ¿Sabes cuántos espejos hay en este lugar? Nos tomará siglos encontrarlo...

Anastasia meditó un poco, Andrés tenía razón, solamente dentro del hotel habían cientos de espejos, no terminarían nunca de revisar. — Espera un momento, la pista no puede estar en un espejo común... Tiene que ser algo... Resaltante.

— ¿Se te ocurre una idea?

Anastasia meditó en ello, releyendo varias veces la primera pista, sin éxito alguno.

— Un espejo fuera de lo común... — Murmuró, hasta que un letrero de tirar la basura en el cesto le llamó la atención, G.B. — ¿Este no es el hotel que Russo le cedió a Gael para que hospedara a sus modelos extranjeras? Estudié sobre eso cuando Erick se empecinó en enseñarme sobre la historia familiar y las conexiones dentro del árbol genealógico.

Pero Andrés no tenía idea de lo que ella estaba preguntando.

Anastasia empujó su silla de ruedas. — Si este es el hotel de Gael Bellini hay una habitación única en el último piso llena de extravagantes espejos, su propia casa de los espejos donde puede ver todos los ángulos de la ropa que usan sus modelos, detallando el más mínimo error con su mirada aguda.

— ¡Entonces vayamos allá!

Anastasia asintió, adentrándose dentro de la casa y subiendo en el ascensor rumbo hacia el último piso.

Una de las cosas que le parecía rara era que Gael haya aceptado usar su preciosa habitación como juego para los niños, ese era uno de los huecos en su suposición. Cuando Andrés y Ana llegaron al último piso, topándose con la única puerta decidió acercarse y abrirla.

Esposa del CEOWhere stories live. Discover now