Capítulo treinta y dos

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Una agradable mañana veraniega, poco antes de dar inicio a las temperaturas frías otoñales y a los pocos meses de que cumplieran su primer año de casados le correspondió a Anastasia cumplir con su primera misión de suma importancia como esposa, teniendo que dejar de lado la amenaza de Anthony Russo para concentrarse en uno de los mayores eventos para recaudación de fondos organizados por la familia de su esposo: La OBRC

Organización benéfica de Russo Company.

Una gran exposición para crear consciencia al aire libre que finalizaba en una subasta cuyos fondos eran usados en beneficio de niños discapacitados, enfermos y/o en orfanatos.

Era un evento de gran magnitud, los reporteros llevaban preparándose para él desde principios de año, pero no solamente ellos, la familia Russo también había hecho sus preparativos incluso mucho antes de que Anastasia y Erick se conocieran y decidieran casarse.

Pero la noticia cobró fuerza y relevancia luego de caer en rumores de que la OBRC había sido cancelada gracias al matrimonio de Erick. Ahora que se había desmentido tal noticia y se dio aviso de que sería dos veces más grande que la recaudación de años anteriores todos comenzaron a enloquecer por ser partícipes de ella, sobre todo cuando escucharon dos noticias:

En la primera Erick afirmó que uno de los objetos subastados era la invaluable joya familiar de los Russo: El corazón Escarlata, el rubí con forma de corazón en un colgante de oro puro que perteneció a la difunta señora Russo, esposa de Anthony, y que más de uno llegó a envidiar al verlo en los eventos sociales.

Y en la segunda hizo saber que ese año habría algo que haría una marca en la historia y que daría un giro de 180° a la OBRC como todos la conocían, pero que mantendría en secreto hasta que llegara el momento.

— ¿Están activas las operadoras? — Preguntó Erick, en medio del ajetreo. — Los servicios de telefonía fija serán usados para la subasta, el programa lo transmitiremos a nivel internacional para que nuestros inversores de afuera tengan la posibilidad de participar.

Anastasia tuvo que detener su caminar de un lado a otro para arreglar su corbata torcida. — Las operadoras ya están en sus posiciones y los reporteros están en sus sitios, todo va a salir bien ¿De acuerdo? — Mostró una sonrisa.

— Cielos, ¿Qué haría yo sin ti? — Erick besó su frente, suspirando de alivio— Gracias por tu ayuda.

— Nunca antes te has esmerado tanto en un proyecto como lo hiciste con este ¿Puedo preguntar por qué? — Levantó la mirada hacia él cuando terminó de arreglar su corbata, acomodándole también el saco. — ¿Es por la sorpresa? No has querido decirme ni siquiera a mí de qué se trata ¿No podría...?

— No, en lo absoluto. — Le dio un suave golpecito con los nudillos de la mano en la frente para callarla. — Dije que sería un secreto, además, tú y yo tenemos que hablar luego de la OBRC.

— ¿Nosotros? — Preguntó — ¿Tienes algo de qué hablar conmigo?

Él la miró como si fuera obvio. — Anastasia, pronto cumpliremos nuestro primer año de casados. Es el tiempo límite de nuestro contrato.

— ¿Eso quiere decir que...?

— Sí, precisamente. Nuestro contrato vencerá cuando cumplamos un año de casados.

Y si antes no había estado preocupada aquellas apalabras de Erick consiguieron ponerle los nervios de punta.

* * *

No importaba qué, a dondequiera que miraba solamente podía ver lujos y más lujos. Pese a que Erick se había esforzado en hacerlo más sencillo y ameno los integrantes de la OBRC simplemente resaltaban demasiado con sus trajes pomposos y joyería costosa, haciendo relucir diez veces más el lugar en que estaban todos reunidos.

Esposa del CEOWhere stories live. Discover now