Capítulo diecisiete

21.1K 1.2K 32
                                    

La situación se volvió delicada de un momento a otro, Anastasia podía sentir la presión en el ambiente con solo observar la mirada insistente que le dedicaba aquella mujer, ¿Quién era y qué quería?

— No sé de qué hablas. — Giró la cabeza hacia otro lado, suspirando de por medio. Al menos debía ser lo suficientemente valiente como para no quedar en un callejón sin salida tan rápido. — ¿Qué tendría yo para esconder?

— Porque durante tu boda tenías cara de ser la mujer más desafortunada de todo el mundo, y créeme, cariño, con Erick algo como eso simplemente no pasa. Aunque hayas engañado a los demás poniendo una sonrisa de niña buena ten por seguro que no soy como todo el mundo y nada se escapa de mi ojo de halcón, cuando sospecho algo NUNCA fallo. — La familiaridad con la que hablaba le confirmó el hecho de que no se trataba de cualquier mujer. — Algo están ocultando ustedes dos.

Pero Anastasia no se dejó acusar tan fácilmente.

— ¿Qué es lo que pretende insinuarme al decirme todo esto?

Aquella mujer de cabellos pelirrojos levantó una ceja, completamente seria. — Realmente estás embarazada. — Llevó la mano al vientre de Anastasia, pero ella la apartó. — Son cosas que no se pueden ocultar aún si usas toda la ropa holgada del mundo.

Ahora no sabía si debía sentirse aliviada u ofendida por aquel comentario.

— No, no estoy embarazada. Es solo mi grasa corporal lo que estás viendo. — Respondió.

— No te preocupes, no soy chismosa. Mantendré el secreto. Es que realmente ya no lo puedes ocultar. — Contestó — ¿Podrías decirle a Erick que necesito hablar con él cuando salga? Es muy importante.

Anastasia la miró.

— ¿Quién eres tú?

Ella simplemente se sonrió. — No es tu deber saber eso.

Fue lo único que dijo antes de marcharse.

Sin embargo, no estaba completamente segura de que hayan simpatizado, más bien daba la sensación de que se había acercado allí con unas segundas intenciones ocultas.

* * *

Erick, dentro de la oficina de su padre, estaba haciendo su mejor esfuerzo para no ceder ante sus impulsos y terminar haciendo un escándalo, desde el momento en que ingresó a la oficina su presencia había sido completamente ignorada por el anciano sentado en el escritorio, quien seguía sin levantar la cabeza, aunque su heredero llevara diez minutos de pie frente a él.

— Viejo...

— Ve al grano, no quiero que te andes por las ramas. — Interrumpió, se veía a kilómetros de distancia lo enojado que estaba.

Erick tomó asiento de mala gana. — Ya me casé tal y como querías ¿Todavía no piensas entregarme nada?

— Que agallas tienes para venir aquí de improviso y decirme eso. — Contestó, apretando con tanta fuerza su lápiz de tinta que llegó a romperlo. — ¿Cuántas veces has estado casado ya? ¿Tres? ¿Cinco? En todos tus matrimonios vienes y me dices lo mismo, ¿Crees que voy a aceptarlo esta vez? Deberías bajar un poco la confianza que tienes en ti mismo.

— Tú eres el que me pide tener una familia establecida para poder heredarme todo, estoy casado ahora ¿No es eso lo que querías? ¿Por qué sigues siendo incapaz de cumplir tu palabra?

Era como ver una guerra entre dos bestias feroces, ninguna pensaba ceder para dejar ganar a su adversario.

— ¿Incapaz de cumplir con lo que prometo? Lo dice el hijo que prometió mantener la cabeza baja hasta que herede todo lo que le corresponde y salió en la portada de todos lados casándose con una completa extraña ¿De quién se trata esta vez? ¿Otra modelo? ¿Una actriz? ¿La hija del presidente? No me digas ¡¿Acaso te casaste con esa caza fortunas que te traía colgando de un ala?!

Esposa del CEOWhere stories live. Discover now