Capítulo catorce

24K 1.3K 82
                                    

Una fotografía y el nombre de una mujer.

—''Raquel'' — Releyó por milésima vez dentro del colgante que había tomado sin que Erick se diera cuenta el día en que fue al sótano, la mujer de la fotografía era hermosa, tenía una piel juvenil y un sedoso cabello rubio cuyos mechones revueltos por la brisa casi le cubrían la cara, con una sonrisa impecable, contagiosa y un sombrero que se sujetaba para que no saliera volando.

Probablemente la fotografía había sido realizada en la playa.

Anastasia había deducido que se trataba del verdadero amor de Erick, ¿Por qué otro motivo guardaría la foto de una chica entre sus cosas preciadas? Tal vez ella lo abandonó y la decepción de un corazón roto lo llevó a buscar consuelo en las demás mujeres, o quizá era su amor no correspondido, podría tratarse también de una amiga de la infancia.

Entre las actas de divorcio y demandas no encontró ningún documento con el nombre de Raquel, por lo cual era poco probable que hayan estado casados y que ella probablemente no lo odiaba.

O quizá solamente debía dejar de pensarlo tanto.

— Pero ¿Quién podría ser? — Dejó el colgante dentro de uno de los gabinetes junto a su cama. Anastasia pensaba en que tal vez si encontraba a la tal Raquel ella podría explicarle un poco sobre Erick, quizá incluso podría librarla de su matrimonio falso y sería finalmente libre como tanto lo deseaba.

Echando un vistazo a los alrededores se topó con un objeto que había dejado en el olvido y que le sería de gran ayuda, se trataba de una laptop que Erick le había obsequiado al llegar a su casa, Anastasia corrió hacia ella y la sacó de su caja, al no querer aceptar nada de lo que le ofrecían ni siquiera la había tocado, sin embargo, la situación la obligó.

Estaba desbloqueada, pero pudo distinguir gracias a que se omitió el protocolo de registro de usuario que ya había sido manipulada antes de entregársela, le restó importancia por el momento y agradeció internamente que estuviera conectada a internet, le ahorró tener que averiguar la clave de wifi o preguntar por internet en aquella casa.

— ¿Debería? Quizá sea un abuso a la privacidad. — Divagó, a esas alturas ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. — Tonterías, será como buscar la información de una celebridad en internet. Si está en un lugar donde todos lo pueden ver no se considera como violación de la privacidad, solo es recolección de datos para saber con quién estoy viviendo, por supuesto.

Solo fue cosa de escribir ''Erick Russo'' y presionar Enter.

— No puede ser. — Fue lo primero que dijo al revisar, sin poder creer lo que estaban viendo sus ojos. — ¡¿Por qué demonios no hay nada?!

No había fotografías comprometedoras hechas por paparazzis, ni chismes sobre él o información sobre sus matrimonios fallidos, tampoco fechas de nacimiento ni nada por el estilo. Todo lo que encontró en internet bajo ese nombre fue el perfil de un hombre viejo en una página de citas.

Era como si Erick Russo no hubiera existido nunca.

La situación resultó completamente extraña, mientras más buscaba en las redes menos información encontraba al respecto.

— Familia Russo. — Cambió el título de la búsqueda, había pocas fotografías y en su mayoría solo eran sobre el cabecilla de la familia, Anthony Russo. — Anthony Russo, viudo, 60 años de Edad. — Comenzó a leer. — Este hombre sí que tiene un montón de negocios, no me sorprende que sea una de las personas más influyentes y forradas del mundo.

Pero no decía nada que quisiera saber, además de que tenía cinco hijos.

Pudo ubicar un sitio web, bastante sencillo que hablaba sobre los Russo, aparentemente aquella persona tenía varios blogs incompletos sobre la familia de Erick, nada grande, parecía ser que llevaba mucho tiempo investigándolos.

Esposa del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora