Nan Chan

Capítulo 6: Cang Ji

Capítulo 6: Cang Ji

El agudo grito de la encarnación de nieve le dificultó a Jing Lin arreglar su mente. Agitó su mano y Xue Mei fue arrojado. El frío de la nieve alivió inesperadamente algo de su dolor. Estaba aterrorizado por Jing Lin y no se atrevió a quedarse, por lo que soportó el dolor, se transformó en nieve y se apresuró a retirarse apresuradamente.

El Koi todavía cubría su rostro, gimiendo. Jing Lin sintió que se avecinaba un dolor de cabeza. Ni siquiera podía levantar la mano para levantar al Koi. Solo pudo cerrar parcialmente los ojos y dijo:

"¿Por qué estás tan pesado?"

El Koi levantó la vista y vio la cara pálida de Jing Lin y el agotamiento entre sus cejas. Se veía aún más enfermo que la noche anterior. No sabía exactamente dónde y cómo Jing Lin resultó herido, ni sabía por qué Jing Lin se había vuelto tan frágil de repente. Le dolía un poco el corazón y levantó la mano para sostener las mejillas de Jing Lin.

"Jing Lin". El Koi sollozó y murmuró: "No mueras".

Era solo un niño en la actualidad. Mientras acunaba la cara de Jing Lin, la tristeza se apoderó de él y comenzó a sollozar nuevamente. Pero era un niño adorable, y verlo llorar mientras grandes lágrimas caían de sus mejillas era una vista triste para cualquiera.

"No soy más que un hombre muerto." Jing Lin respondió, sus párpados pesados.

"¿Cómo puedes estar muerto?" La cabeza del Koi golpeó la barbilla de Jing Lin, casi ahogándolo con sus lágrimas.

Jing Lin sintió que su cuello se empapaba cuando las lágrimas se deslizaron por su cuello y se filtraron en la almohada. De repente se sintió un poco "vivo", como si estas pequeñas lágrimas escaldantes hubieran despertado ondas en un mundo en el que había estado muerto durante mucho tiempo. Había pasado mucho tiempo desde que había estado tan cerca o había hablado casualmente con alguien.

"¿Por qué tienes tantas lágrimas?" La voz de Jing Lin cayó gradualmente. "... Deja este lugar y explora las vastas tierras más allá. Al igual que los novatos que salen de la jaula, comprenderás que permanecer aquí no es diferente a ser un cadáver andante. No conoces el mundo, así que esta oportunidad de vida será tu despertar. Es por un giro del destino que podrías evolucionar. Tu destino es aquí."

"¿No puedo quedarme contigo?" El Koi preguntó.

Mirando lo ingenuo que era el Koi, Jing Lin soportó su fatiga y repitió las palabras que había dicho esa mañana en un tono ligeramente burlón. "¿Sabes quién soy y todavía te atreves a decir eso?"

"Entonces, ¿quién soy yo?" El Koi levantó la vista. "Ni siquiera tengo un nombre".

Jing Lin parecía que estaba quedándose dormido. Después de un rato, dijo: "Vamos a llamarte Cang Ji".

El Koi quería seguir conversando con él, pero la respiración de Jing Lin se hizo más pesada hasta que se durmió. Una vez que Jing Lin estaba durmiendo, sería imposible despertarlo. Si no fuera por su pecho que todavía se agitaba, uno casi creería que estaba realmente muerto.

La pequeña figura de piedra de repente estiró los brazos y la cintura. Saltó con fuerza, entró en la cámara interior y subió al sofá para mirar al Koi. La expresión del Koi cambió. Arrastró a la pequeña figura de piedra del sofá y la hizo a un lado.

“Lo que viste y escuchaste hace un momento no cuenta para nada. No conozco a ese demonio, y no sé para qué está aquí. No le digas tonterías a Jing Lin." Él agarró a la pequeña figura de piedra para evitar que se escapara, y luego dijo con dureza: "Si te atreves a decirle, te arrojaré al estanque".