Capítulo 12

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Sin darnos cuenta, el tiempo pasa velozmente. El día de hoy está helado, pues ya llegó el invierno, y con él las tan esperadas vacaciones invernales. Lo primero que pensé al despertar fue que en tan sólo medio años me estaré graduando, y eso implica tener que decidir sobre mi futuro.

—Ahhhh, ¿por qué debo pensar en esto desde tan temprano? —me quejé mientras estiraba mis brazos y piernas.

Estiré mi mano y tomé mi celular, observando la parpadeante luz roja, la cual significaba que tenía un mensaje de Nick. ¿Por qué me escribía desde tan temprano? Imagino que lo primero que hace al despertarse es tomar su celular y dejarme un mensaje, lo que suena empalagosamente asqueroso. Bueno, no es como si me quejase... es lindo saber que alguien piensa en mí cuando despierta.

Buenos días, adorable niño emo~ ¿me extrañaste?

Fruncí el ceño levemente. ¡¿Por qué debería extrañarlo?! Literalmente estuve todo el día de ayer con él; mejor dicho, desde que comenzamos a salir no recuerdo un día en que no nos veamos, lo que nos hace parecer como dos larvas que sólo están todo el día y todos los días juntos.

Le respondí con un simple emoji entornando sus ojos y dejé el celular, dispuesto a abandonar mi cálida cama y recibir el frío glacial de mi habitación. Tomé algo de ropa y salí corriendo al baño, abriendo el grifo de agua caliente de la ducha y desvistiéndome al instante: apenas sentí el agua caliente sobre mi cuerpo sonreí como un idiota, y probablemente lo era por gozar tanto algo tan simple como tomar un baño caliente en invierno.

Ahora que me encontraba lo suficientemente relajado debía pensar qué hacer el resto del día; quería ver a Nick, pero los días de frío no me agradaban para salir de mi casa. Entonces, ¿debería invitarlo a mi casa? No es como si me molestara, pero pensar en mis padres buscando excusas para ver qué estamos haciendo... ¡Ah, que molestos!

Cerré el grifo de agua y comencé a secarme; luego de cambiarme como siempre lo hago, bajé las escaleras hacia la cocina y me encontré con mis padres y mi hermana desayunando.

—Buenos días, hijo —saludaron mis padres sonriendo. Últimamente nuestra relación había mejorado, y no podía negar que en parte se debía a Nick.

—Buenos días —saludé mientras daba un bostezo. Me preparé un café con leche y me senté en la mesa junto a ellos. Mis padres y mi hermana se miraron y sonrieron, lo que me resultó extraño.

Volví a ver la parpadeante luz roja en mi celular y entré al mensaje de Nick.

Quiero verte~ invítame a hacer algo.

—Que pesado... —suspiré y le respondí invitándolo a pasar la tarde en casa.

Terminé mi desayuno y subí hacia mi habitación. Definitivamente debía ordenar un poco; no es como si estuviera tan mal, pero increíblemente la casa de Edward y Nick siempre estaba muy ordenada para ser que viven dos hombres.

Ordené lo suficiente para que se vea limpio: hice la cama, llevé el cesto con ropa sucia a lavar, ordené las estanterías y cerré bien todos los cajones (algo que jamás hacía porque no me molestaba que se encuentren mal cerrados).

Apenas terminé de guardar cosas en su lugar escuché el timbre. ¡¿Cómo es que llegó tan rápido?! Definitivamente iría mi padre a abrir la puerta y comenzaría a hacer preguntas estúpidas o innecesarias, por lo que bajé rápidamente las escaleras: pero claramente ya era tarde.

—Derek, está tu amigo esperándote —sonrió mi padre, quien enseguida hizo pasar a Nick.

Nick se veía absolutamente atractivo, pues como siempre: vestía un buzo Nike blanco con unos pantalones negros que lo hacían ver súper atractivo.
Nick me miró y enseguida sonrió, e inevitablemente yo no pude evitar devolverle una sonrisa; saludó a mi madre y hermana y le hice señas con la mano para que suba conmigo a mi habitación. Llegamos a mi habitación y, al cerrar la puerta, Nick tomó mi rostro con su manos y me besó; mi corazón enseguida comenzó a palpitar rápidamente. Al separarnos, sonreí tontamente y me percaté de que mis mejillas debían verse sonrojadas.

—Si sigues viéndote así de lindo tendré que llorar —dijo fingiendo que lloraba y abrazándome. ¿Cómo podía ser tan cursi y no avergonzarse por eso? Ni siquiera puedo expresar mis sentimientos sin querer ocultarme al instante.

—Que cursi —me burlé mientras me sentaba en mi cama, invitándolo a hacer lo mismo. Nick se sentó junto a mí y puso su mano sobre mi pierna cariñosamente, lo que hizo que vuelva a sonrojarme—. Tonto, si sigues así mi rostro se volverá permanentemente rojo.

Apoyé mi cabeza sobre su hombro y el olor de su shampoo llegó hacia mi nariz. ¿Cómo podía oler tan bien? Seguro lo hacía a propósito para hipnotizarme o algo por el estilo.

—Oye, conseguí un trabajo de medio tiempo como camarero en un bar —soltó repentinamente. ¿Eso quería decir que lo vería menos tiempo? Me negaba—, pero al ser de noche no impedirá que te vea toda las tardes, así que no llores por nosotros —sonrió ampliamente, apretando suavemente mi pierna.

¡Qué arrogante! Aunque es verdad que me preocupé... ¡Pero sigue siendo un arrogante al asumirlo por sí mismo!

—¿Eso no interfiere con tus estudios, verdad? —pregunté algo preocupado, pues él siempre dijo que le gustaba mucho lo que estaba estudiando. Nick negó con su cabeza y se recostó sobre mis piernas; comencé a acariciar su cabello, pues es algo que siempre hicimos desde que éramos amigos.

~★~

Pasamos toda la tarde viendo películas, aunque en realidad apenas les prestamos atención. En cuanto veía una oportunidad, tomaba mi rostro y me besaba; aún seguía avergonzándome, pero no puedo negar que me encanta que me bese; su cálido aliento reparaba poco a poco mis heridas, y comenzaba a sentirme más y más querido.

—Este año te gradúas —dijo de repente, luego de terminar una película. Jamás le dije que odiaba hablar del futuro, pues considero que a nadie le gusta realmente, pero no puedo culparlo por hablar de eso—. ¿Qué planeas hacer? Podrías esperar a que me haga millonario así no tienes que trabajar jamás, pero no pareces ese tipo de persona —se rió tras decirlo, causando que le golpeé suavemente el hombro.

¡Como si no tuviese orgullo para depender de alguien eternamente! No es que sea un gran estudiante o tenga grandes aspiraciones, pero jamás podría depender de otra persona con tanta tranquilidad.

—Aún no lo sé... realmente no hay nada que me apasione, ni ninguna asignatura en especial en la cual me destaque —suspiré pesadamente, acostándome sobre su pecho.

¿Alguien tan común como yo debería aspirar a algo genial? Nick se graduó hace tres años y desde entonces está estudiando medicina; creo que es genial, pero es gracioso imaginarlo siendo médico. Realmente Nick es ese médico que toda mujer desearía que la atienda, pues es simplemente hermoso.

¿Por qué estoy pensando en eso? Que ridículo. Sí, Nick es muy guapo, y gentil, y genial, y guapo, sí... muy guapo.

—Ahhh, te odio —me levanté rápidamente, arruinando su tranquilidad. Su expresión fue totalmente de duda, como preguntándose qué hizo—. Ah, no me hagas caso, sólo estaba pensando una estupidez —me reí con obvia falsedad.

—Seguro estás pensando en dejar que te mantenga económicamente, debe ser eso —se consoló a sí mismo, lo cual hizo que me riese.

Enseguida nos percatamos de que ya era tarde y Nick tomó sus cosas para irse. Al bajar, saludó a mis padres y a mi hermana y salimos afuera. Antes de subirse a su auto, giró sobre sí mismo y me besó inesperadamente, recibiendo un pequeño golpe de mi parte por la sorpresa.

—No lo pienses mucho, pero creo que serías un buen enfermero —dijo desde la puerta de su auto—, es decir, todo médico necesita un enfermero que le dé una mano —guiñó su ojo y arrancó el auto, dejándome completamente avergonzado ante la idea de trabajar junto a él.

¿Enfermero? La idea no es mala, pero no me siento capaz de lidiar con la gente; tal vez si mi personalidad deja de ser tan horrible lo considere, pero mientras tanto disfrutaré mis últimos días en la secundaria.

Polos opuestosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang