Capítulo 15

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—¿Quieres dar el siguiente paso? —susurró Nick en mi oído. Mi cuerpo se sentía demasiado encendido como para formular una respuesta.

¿Estaría bien que me deje guiar por mis instintos? Mi cuerpo me pedía más y más, y no permitiría un no por respuesta. Además, yo también me sentía algo alterado por todo lo sucedido la noche anterior e incluso hoy, así que no estaría mal, ¿no?

Pero... ¿Y si no le gusta mi cuerpo? ¿Y si le desagrado? ¿Y si nota que no soy suficiente? No soportaría perderlo.

Me separé de él y me levanté la cama, cubriendo mi rostro mientras le daba la espalda. No soportaba pensar que podría no gustarle, me derrumbaría por completo.

—Yo... mi cuerpo es horrible, lo siento —dije inmediatamente. Seguido de mis palabras, escuché cómo Nick se levantó de la cama y me rodeó con sus brazos, apoyando su mentón en mi hombro.

—Dices eso porque aún nadie te ha hecho sentir de otra manera —susurró, dejando un camino de besos sobre mi cuello; al sentir su tacto en ese zona mi cuerpo se estremeció—. Permíteme ser quien despeje todas tus inseguridades —concluyó, girando mi cuerpo para que pueda mirarlo a los ojos

Ante tal pedido, simplemente cedí y me dejé llevar. Nick me observó al decir un suave "sí" y comenzó a besarme, tomándome por la cintura; rodeé su cuello con mis brazos y dejé que me guiara: me llevó con él nuevamente a mi cama, donde se sentó y tiró de mí para que me siente sobre sus piernas, sin dejar de besarnos.

No podía describir cómo mi cuerpo estaba sintiéndose en este momento: mis labios ardían, de pies a cabeza mi cuerpo temblaba ante tal excitación, algo que jamás había experimentado. Nick me sacó mi polera y yo saqué la suya, y el tacto con su torso desnudo se sintió simplemente increíble; me recostó sobre mi cama y entonces subió sobre mí. Nick dejó de besar mis labios para comenzar a besar mi cuello, lo que hizo que emita un suave gemido. Por alguna razón mi cuello era muy sensible, y al sentir sus labios y su lengua mi cuerpo se estremecía.

Nick fue bajando desde mi cuello hasta mi torso, dejando un camino de besos y chupetones; yo aún seguía cubriendo ligeramente mi rostro con mi mano, pues seguía sintiendo algo de vergüenza.

Nick llegó hasta el inicio de mi jean y comenzó a tocar suavemente mi entrepierna, produciéndome una excitación indescriptible, simplemente con el roce de su mano sobre mi jean; lentamente comenzó a desabotonarlo y bajar el cierre, dejando ver mi ropa interior (que por suerte hoy era completamente normal, pues a veces usaba alguna con un dibujo).

—¿Está bien? —preguntó, refiriéndose a sacar mi jean. Simplemente asentí, pues tenía demasiada vergüenza para verlo a la cara.

Ante mi aprobación, Nick se deshizo de mi jean, dejándome semi desnudo; comenzó a masajear mi entre pierna por arriba de mi ropa interior. Aún con ese simple tacto, jamás había logrado por mí mismo hacerme sentir de esa manera; definitivamente tenía que ser él quien lo hiciera.

Luego de un rato masajeando por sobre mi ropa interior, Nick creyó que ya era el momento de despojarme de ella; entonces, su cálida mano comenzó a masajear mi pene. Ante tal acción, no pude evitar soltar un gemido (o tal vez más). Entonces, dejé de sentir su mano y, en su lugar, algo húmedo se posó sobre mi pene; Nick estaba practicándome sexo oral.

Creí que no podría sentirme mejor que en ese momento, pues la manera en que se sentía mi cuerpo era indescriptible: incluso ya casi había olvidado todo el dolor y la angustia que había sentido en las últimas 24 horas.

—¿Y, cómo te sientes? —preguntó Nick con un tono meloso, sin dejar de tocarme.

Por primera vez en los últimos minutos logré verlo a los ojos, aún sintiendo cómo la sangre se acumulaba en mi rostro; Nick tenía sus mejillas algo sonrojadas, aunque tal vez no se debiese a la vergüenza, sino al calor de su cuerpo. No podía responder a su pregunta, así que simplemente asentí con mi cabeza, tomándolo del cabello.

Polos opuestosWhere stories live. Discover now