Capítulo 17

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Me desperté en un lugar completamente blanco, con un olor particular. Mi cabeza dolía muchísimo, pero mi cuerpo se sentía como desconectado de mí.

—¿Dónde estoy? —pregunté, mientras intentaba incorporarme.

Me encontraba en una cama completamente blanca que no era la mía, en un lugar que no era mi casa.

—Ah, ¡Derek! —se sorprendió mi hermana al verme, aunque más sorprendido estaba yo—. Mamá, ya se despertó —le escuché decir.

Mi madre apareció junto a mi padre de detrás de una cortina, lo que me hizo comprender que me encontraba en un hospital. Por primera vez me puse a admirar la habitación: si bien todo era blanco, el mueble junto a mi cama era de un marrón claro y sobre éste se encontraba un florero con unas hermosas rosas; además, frente a mí había un antigüo televisor, que transmitía un canal de noticias.

—Hijo, ¿cómo te sientes? —preguntó mi padre, tratando de ocultar su evidente preocupación.

—Creo que bien, aunque me duele la cabeza —me quejé, pasando mi mano por mi frente.

Mis padres se miraron y entonces mi hermana salió, aparentemente hacia el pasillo.

—¿Por qué estoy aquí? —pregunté, sin poder recordar nada de antes de dormirme.

—Al parecer sufriste un ataque de pánico —respondió mi madre—. La ambulancia fue a buscarte a casa hace unas dos horas. Traté de contactar a Nick pero... —no terminó la frase, pues era obvio.

Aún así, ¿dónde estaría Nick? No podía desaparecer de la faz de la tierra ni aunque quisiera. Definitivamente estaba intentando arreglar las cosas por sí solo, y no lo permitiría.

Mis padres decidieron dejarme un tiempo solo, por lo que tomé me celular del mueble junto a mí y comencé a llamar reiteradas veces a Nick, lo que claramente fue en vano porque no respondía su teléfono.

Me sentía muy enojado; no con Nick en específico, sino con la situación. Odiaba que sus padres hayan aparecido de la nada a arruinar la estabilidad que estábamos construyendo juntos; tenía que buscar una solución.

—¡Ya sé! —dije en voz alta, aunque nadie estaba allí para escucharme.

~★~

A eso de las diez de la noche, me dejaron irme del hospital; al parecer la situación me había llevado a ese extremo y podía decirse que era una reacción normal, por lo que no debía preocuparme si no volvía a pasar.

Llegué a mi casa y, después de saludar a mi familia, me encerré en mi habitación; prendí la computadora y comencé mi investigación, la única solución que había encontrado al problema: averigüar sobre la chica que fue abusada por el padre de Nick.

Si había comprendido bien la historia que Nick me contó, su padre había pagado muchísimo dinero a los padres de la chica para silenciarlos; básicamente, ella jamás pudo declarar, y sigue teniendo el derecho a denunciarlo. Tal vez era egoísta de mi parte pedirle que lo haga, pero no veía otra solución a la situación.

Gracias a Edward pude conseguir los datos de la chica, no más que su nombre, apellido y residencia, pero con eso me bastaba. Comencé mi investigación visitando sus redes sociales; al parecer no era alguien muy activa y apenas había información sobre ella, pero eso a veces dice mucho.

Mi teléfono comenzó a sonar y pude ver el nombre "Ed" en la pantalla.

—Hola, ¿ha pasado algo? —contesté enseguida, preocupado por lo que podría decirme.

Polos opuestosWhere stories live. Discover now