Capítulo 31

9.2K 718 377
                                    

Varias semanas pasaron tras nuestra salida del hospital. Nick había comenzando una rehabilitación tras haber estado inactivo por mucho tiempo, por lo que decidí acompañarlo en el gimnasio. Mi cuerpo finalmente comenzaba a mostrar sus frutos tras mucho esfuerzo, pues para alguien como yo que nunca había realizado mucha actividad física, estas últimas semanas en el gimnasio eran mortales.

Nick no tardó en recuperar su habitual trabajado y musculoso cuerpo; aún así, no podía negar que él se esforzaba el doble que yo al hacer ejercicio. Una pequeña cicatriz había quedado marcada en su abdomen bajo, aunque él creía que se veía genial.

El tema de Sabrina ya había quedado atrás tras enterarnos de que finalmente había ido a prisión; de sus padres no teníamos ni noticias, pero tampoco es que nos interesara.

—He aprobado —expresó Nick, sonriendo de oreja a oreja.

—Felicitaciones, te lo mereces más que nadie —dije sonriendo, dejando un corto beso sobre sus labios.

Nick estaba rindiendo muchos exámenes últimamente, aunque cada vez que aprobaba nos asegurábamos de festejarlo. Mi año escolar ya estaba por llegar a su fin, pues ya nos encontrábamos muy cerca del fin de año. Tras muchas dudas, terminé inscribiéndome en la carrera de Trabajo Social; en pocos días tendría que dar el examen de ingreso a la universidad, por lo que estaba esforzándome mucho en estudiar.

—Ah cierto, ¿en qué carrera se inscribirán el pelirrojo idiota y el enano? —preguntó Nick, acostándose en el sofá.

Nick se llevaba mucho mejor ahora con mis amigos, pues se sintió muy conmovido por todo el apoyo que recibimos de ellos en estos últimos meses.

—Elliot quiere ser chef y Jean Lucas se presentará para Literatura —dije sonriendo, aunque me sentía muy triste al pensar en que ya no nos veríamos todas las mañanas.

Nick y yo habíamos conversado mucho sobre la idea de alquilar un departamento juntos, pues no quería seguir dependiendo económicamente de mis padres. Tal vez podría buscar un trabajo de medio tiempo para cubrir la mayoría de mis gastos, pues mis padres no aceptarían que me independice totalmente de ellos.

Nick seguía trabajando en el bar, pues dijo que le gustaba mucho el ambiente que había allí. ¿Y si me presentase para trabajar en el bar también? Aunque tal vez a Nick le molestaría verme las 24 horas del día.

—¿Qué tal si trabajas conmigo en el bar? Me sentiría muy feliz estando más horas contigo —dijo felizmente el rubio, abrazándome por la cintura para que me sentase en sus piernas.

Era ridículo sentirme inseguro sobre Nick a esta altura, pues él ni siquiera me dejaba pensar en que lo molestaría de alguna forma. Tal vez era una buena opción trabajar junto a él, pues así no me sentiría tan ansioso sobre conocer mucha gente nueva.

—Está bien, me presentaré —sonreí al ver la expresión de felicidad que se dibujaba en el rostro de Nick.

—Te aseguro que te contrataran si yo te recomiendo —dijo Nick, sonriendo de manera altanera.

Nick definitivamente tenía una doble personalidad, aunque me preguntaba si yo era el único que lo sabía.

La puerta de la casa se abrió y Edward cruzó la sala rápidamente, cubriendo su rostro con su antebrazo. Nick y yo nos miramos preocupados, pues Edward siempre sonreía al llegar.

Nos levantamos del sofá y pegamos la oreja a la puerta de la habitación de Edward, de donde provenían unos lamentables sollozos. Nick se puso serio por un instante y luego puso su mejor cara, abriendo la puerta de la habitación tras avisar a su primo que entraría.

Polos opuestosWhere stories live. Discover now